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spanish.china.org.cn | 25. 08. 2020 | Editor:Teresa Zheng | Texto |
La nación ha alcanzado un 'nivel de clase mundial' en algunas áreas de investigación, reveló un especialista
Los avances tecnológicos han dado como resultado un aumento de la producción de soja en China en los últimos años, y se espera que los avances mejoren la oferta nacional, resaltó un reconocido experto.
"El apoyo nacional a la investigación científica y tecnológica agrícola que cubre toda la cadena de producción ha cumplido un rol crucial para garantizar la seguridad alimentaria, que ha resistido pruebas como la pandemia de COVID-19", sostuvo Han Tianfu, científico principal de la soja en el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales.
"En términos de estudios científicos sobre la soja, China ha continuado su progreso en los últimos años y ha alcanzado un nivel de clase mundial en algunos campos”.
El año pasado, especialistas chinos publicaron más de 700 artículos sobre la soja en inglés en varias revistas internacionales influyentes, más que en cualquier otro país del mundo, destacó Han, también investigador de la Academia China de Ciencias Agrícolas.
Con la adopción de nuevas tecnologías, la producción por hectárea en el país alcanzó más de 1,9 toneladas métricas el año pasado, un aumento del 83 % desde 1978, dijo. Se han conseguido varios avances científicos y tecnológicos en la soja en años recientes, lo que ha contribuido a incrementar su rendimiento.
Anualmente, se han obtenido alrededor de 200 nuevos cultivos de soja, extendiendo su producción en toda la nación, puntualizó Han. Zhonghuang-13, una variedad superior desarrollada por científicos de la Academia China de Ciencias Agrícolas, se cosechó en más de 7 millones de hectáreas a fines de 2018, con el consiguiente crecimiento de la producción en un 16 % en la provincia de Anhui.
En Xinxiang, provincia de Henan, esta excedió el año pasado en 4,6 toneladas por hectárea en una tierra de cultivo piloto, 2,5 veces el nivel promedio nacional, debido a la promoción de nuevas tecnologías agrícolas que involucraron métodos innovadores de labranza cero y cobertura de tallos, explicó Han.
Lo último en edición del genoma también ha servido para el desarrollo de nuevos cultivos de soja que puedan adaptarse a áreas de baja latitud en el sur de China.
El estudio, que utilizó una herramienta de edición conocida como CRISPR / Cas9 para "eliminar" dos genes clave que regulan el tiempo de floración y madurez de la soja, hizo posible el impulso de este cereal en regiones tropicales, añadió.
Los principales programas existentes financiados por el gobierno, como el Sistema de Investigación Agrícola de China, que incorpora especialistas en varias disciplinas y cubre 50 sectores, han jugado un papel importante en un mayor nivel de estudio y desarrollo agrícolas, dijo, y agregó que se esperan más progresos en los próximos años.
Aunque la soja es originaria de China, el país ha dependido de las importaciones, principalmente de Brasil y Estados Unidos, para satisfacer la creciente demanda interna de aceite comestible y proteína animal. La mayor parte de las 88,5 millones de toneladas compradas en el exterior en 2019, que representan más del 80 % del consumo interno, se procesó en aceite y alimento para animales.
"En comparación con los principales cultivos como el arroz, el trigo y el maíz, la soja tiene un rendimiento mucho más bajo y requiere más tierra, lo cual es una de las razones por las que no se ha promovido tan ampliamente en China debido a lo limitado en suelos de cultivo", sostuvo Han.
Sin embargo, los esfuerzos para mejorar su producción nunca se han detenido, recalcó.
El año pasado, su producción total superó los 18 millones de toneladas, un máximo histórico y un incremento del 13 % en comparación con el año anterior, según la Oficina Nacional de Estadísticas.
"Para revitalizar su cultivo, se necesita más inversión en los próximos años en investigación científica y en una mejor aplicación de los últimos logros tecnológicos, como las nuevas cepas creadas por biotecnología", dijo.
Mientras tanto, dado que se espera que sigan existiendo grandes brechas entre la oferta y la demanda internas, cambiar los hábitos alimenticiospoco saludables que dependen en demasía del aceite y la proteína animal también puede reducir su demanda, detalló. Por tanto, la oferta nacional podría satisfacer la demanda y China dependería menos de las importaciones.