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spanish.china.org.cn | 19. 08. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

EE.UU. ve intereses diplomáticos en cada paso de China

Palabras clave: EE.UU., China, vacuna

En opinión de algunos países occidentales, especialmente Estados Unidos, con una cada vez mayor paranoia hacia China, el país asiático siempre busca algo en sus interacciones con otros.

Como China donó máscaras y otros suministros médicos a más de 120 países y regiones, sobre ella recae la sospecha de participar en la llamada "diplomacia de máscaras". Ahora, ella toma la iniciativa en el desarrollo de la vacuna COVID-19: los fabricantes de medicamentos chinos son responsables de 3 de las 6 candidatas mundiales en etapas finales, y Estados Unidos vuelve con la calumnia de "usar el acceso a las vacunas COVID-19 para hacer diplomacia".

Tal escenario no solo no sorprende, sino que también muestra que a muchos países occidentales les frustra y exaspera el declive de su competitividad internacional.

China fue la primera en controlar la inesperada epidemia y se ha recuperado gradualmente. Por lo tanto, tiene suficiente capital y puede desplegar mayores esfuerzos para ayudar a otros a combatirla, así como cooperar en la investigación y el desarrollo de vacunas.

China es un gran país en desarrollo responsable, dispuesto a ayudar a sus similaresen esta terrible crisis. Muchas de ellas han depositado su esperanza de revivir en la vacuna. Pero otros tantos países occidentales, especialmente Estados Unidos, no quieren compartir esa luz porque ponen por delante sus intereses económicos en lugar de frenar eficazmente la propagación del virus.

Sin embargo, China utilizará las vacunas como "un producto universal", en consonancia con su idea de construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad. Algunos occidentales realmente miden el corazón de un caballero con su propio espejo mezquino. Dan por sentado que China actuará igual que ellos. Estados Unidos no dudará en llamar al blanco por negro en temporada electoral, en la que China es un tema prioritario. Es por eso que muchos medios de comunicación occidentales afirman que Beijing desea usar la vacuna como una herramienta diplomática. ¡Qué lástima!

Poco después del brote, China se dio cuenta que el desarrollo de una vacuna era una batalla que no podía perder. La pandemia en curso corrobora aún más ese juicio. Afortunadamente, está a la vanguardia y ha evitado depender de Occidente.

Tanto la rápida investigación y desarrollo de vacunas como su actitud responsable de compartirla reflejan la incapacidad de muchos políticos occidentales en la lucha contra la epidemia, revelan su desprecio por el derecho a la vida, el núcleo de los derechos humanos, y demuestra solo el interés por el desarrollo de vacunas.

Estados Unidos ha sustraído provisiones médicas de otros países y ha tratado de comprar con alrededor de 1000 millones de dólares acceso exclusivo a una posible vacuna de una empresa alemana. Si él es el primero e incluso el único en desarrollar una candidata reconocida por la Organización Mundial de la Salud, sus capitalistas no perderán la oportunidad para lamatanza.

En este contexto, los esfuerzos de China son valiosos para la gran mayoría de países y regiones del mundo. China debe estar preparada para enfrentar ataques más agresivos de Occidente. Las partes relevantes ciertamente no se quedarán de brazos cruzados al ver que esta desestabiliza su monopolio farmacéutico.


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