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spanish.china.org.cn | 07. 08. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

EE.UU. es la mayor duda en el futuro de la economía mundial

Palabras clave: EE.UU., economía, epidemia

Negocio cerrado el 21 de julio en el distrito de Brooklyn de la ciudad de Nueva York, Estados Unidos


A lo largo de la segunda mitad del año, se espera que la economía estadounidense vaya a la par con la epidemia generalizada, las tensiones raciales y la división interna. Los posibles riesgos sociales provocados por estos problemas dificultarán aún más su recuperación económica, lo que podría cernir la incertidumbre en el crecimiento económico mundial.

Como la entidad económica más grande del mundo, su recesión retardará directamente el avance de la economía global. Dado que mantiene estrechos lazos económicos y comerciales con gran parte de las principales economías del planeta, su crisis conducirá a una caída drástica de la demanda global, y mayores contracciones en el comercio y la inversión.

Estados Unidos ha implementado una serie de políticas para monetizar el déficit financiero en un intento por estimular el crecimiento económico en medio de la pandemia, que ha agravado los riesgos financieros en el país, y arroja sombras sobre las nuevas inversiones.

Las actuales disputas comerciales con China pueden incluso expandirse al sector financiero. Aunque las consecuencias de un posible conflicto en dicho escenario aún no están claras, podría devenir en otro lastre para la economía global durante la segunda mitad del año.

El fracaso de Washington en el manejo de la COVID-19 puede incluso prolongar la pandemia, que ya se ha convertido en la variable más crítica de la economía global. En lugar de aplanar la curva, durante los últimos meses, el número de infecciones ha aumentado con más del 25 % del total mundial.

La horrible muerte de George Floyd desencadenó manifestaciones masivas contra la discriminación, lo cual agrega presión a la labor de prevención.

El país también lucha contra la contradicción de declarar la cuarentena y su deseo de reabrir la economía. Los virus no tienen nacionalidad y si la tasa de contagio continúa al alza, la vulnerable economía global resultará afectada.

La economía estadounidense depende en gran medida del consumo. Además el país es el mayor consumidor de productos terminados a nivel internacional. Con la COVID-19 arrasando la nación, el desempleo ha dado pie a un consumo deslizante con la disminución en las exportaciones de sus socios comerciales.

Su enorme deuda y las burbujas en expansión del mercado de valores han dañado la confianza de los inversores globales. Para hacer frente a las consecuencias de la pandemia, la Casa Blanca ha dispuesto paquetes de estímulo masivos y la Reserva Federal se ha comprometido a una flexibilización cuantitativa ilimitada, lo que acelera peligrosamente el déficit.

Esto podría aliviar la crisis de liquidez y la presión sobre las pequeñas empresas a corto plazo, más no impulsará el crecimiento interno; en cambio, podría crear más riesgos en los mercados financieros.

Según datos del Banco Mundial, el PIB de Estados Unidos alcanzó los $ 21,43 billones en 2019, lo que representa el 24,42 por ciento del PIB mundial.

Si bien las instituciones del mercado pronosticaron una posible recuperación de su economía en la segunda mitad del año tras su desplome del 32,9 % en el segundo trimestre, esas estimaciones parten de una posible contención del virus y la tasa actual de infecciones no es para nada tranquilizadora.


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