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spanish.china.org.cn | 31. 07. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

Tensión entre China y EE.UU. ofrece nueva oportunidad a la UE

Palabras clave: China, EE.UU., UE

Los líderes de la Unión Europea acordaron recientemente un gran plan de rescate. Pese a lo difícil de las negociaciones, lograron un acuerdo más eficiente que durante la crisis de la deuda europea. Así, es un tiempo ideal para que Alemania y Francia muestren un liderazgo común, además de un buen comienzo para la presidencia alemana.

Pero el bloque aún enfrenta una serie de desafíos estratégicos, uno de los cuales es su respuesta a una mayor competencia entre China y Estados Unidos. Frente a grandes ajustes en la estructura del poder y el orden internacionales, la UE ha repensado su posición en el panorama internacional. Sin embargo, es complicado dar con la respuesta correcta en poco tiempo.

Estados Unidos es un aliado de Europa. De hecho, las bases políticas, de seguridad, ideológicas y económicas que mantienen el sistema de su alianza aún existen. No obstante, el impacto de la doctrina "América Primero" ha creado grietas cada vez mayores en el seno de la misma.

Washington ha adoptado una política exterior cada vez más exigente hacia Europa. Lo presiona con fuerza sobre una serie de cuestiones relacionadas con sus intereses vitales, que incluyen aranceles, gastos compartidos de la OTAN, cambio climático y el asunto nuclear iraní.

La Casa Blanca ha fortalecido el control diplomático sobre sus aliados. De hecho, les exige que estén en línea con él en las esferas diplomática y estratégica. Esto es evidente con el manejo errático del Reino Unido y algunos otros países del tema de Huawei. Además, después del brexit, Londres podría confiar más en Washington en temas de diplomacia, seguridad y estrategia, con una obvia inclinación hacia el Atlántico.

Es en este contexto que el presidente francés Emmanuel Macron planteó repetidamente la autonomía estratégica europea, y que la canciller alemana, Ángela Merkel, haya señalado que su país repensará sus relaciones con Estados Unidos si este no está dispuesto a asumir las responsabilidades de una potencia global. Más recientemente, Merkel comenzó a utilizar el concepto de "soberanía" con mayor frecuencia, un núcleo de la política europea de Francia. Estos nuevos pensamientos reflejan el dilema estratégico del bloque en cuanto a su aliado norteamericano.

La postura de China en la Unión Europea también experimenta cambios complejos. Y este ha comenzado también a delinear su asociación estratégica integral con ella.Dicha reflexión tiene su razón de ser en el creciente poder de China y su influencia internacional.

Muchos en Europa argumentan que China no ha sufrido los ajustes políticos y sociales que esperaban. Por el contrario, persiste en un sistema con un atractivo creciente. Después de integrarse en la comunidad internacional, China no se ha visto limitada por el orden existente. Por el contrario, ha hecho un buen uso del mismo y se ha beneficiado de él.

En este punto, Europa y Estados Unidos coinciden. Sin embargo, el bloque está ansioso por acceder al gran mercado chino. Al mismo tiempo, en el campo de la diplomacia y la gobernanza global, también desea desarrollar una asociación multilateral con China.

Por lo tanto, para la Unión, "China es simultáneamente (en diferentes áreas políticas) un socio de cooperación, un socio de negociación, un competidor económico y un rival sistémico". Pero las distintas políticas de los países hacia China también muestran el dilema del bloque con sus vínculos hacia ella.

Por parte de China, sus lazos con la UE son claros. Beijing ha señalado reiteradamente que el país es una oportunidad, no una amenaza; y un socio, no un adversario para Bruselas. China y Europa no son competidores institucionales, sino socios estratégicos integrales a largo plazo. China y Europa deberían ser dos fuerzas principales para la paz y la estabilidad mundiales, dos mercados relevantes para el desarrollo y la prosperidad del planeta, y dos civilizaciones claves en la defensa del multilateralismo y la mejora de la gobernanza global. Esta posición ha ido más allá del alcance de las relaciones bilaterales a nivel estratégico global.

Para la UE, la creciente competencia entre China y Estados Unidos es un dilema estratégico y una oportunidad. Macron dijo que Francia y Europa deben evitar verse obligados a elegir uno u otro.

Con la presidencia rotativa, Alemania traerá importantes agendas y un fuerte liderazgo en el seno de la organización. Este además está formulando una estrategia para su política exterior y las relaciones con China siguen siendo bastante flexibles.

Si la UE quiere convertirse en un pivote en el orden mundial, debe trascender el alcance de los vínculos bilaterales y el antiguo sistema. Debe comprender los cambios en el patrón internacional, centrarse en la construcción del nuevo orden y encontrar una posición adecuada entre ellos.


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