Opinión>
spanish.china.org.cn | 27. 07. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

Políticos estadounidenses secuestraron la diplomacia mundial

Palabras clave: China, Estados Unidos, diplomacia mundial

Un guardia de seguridad alejándose del Consulado General de China en Houston el miércoles.


Funcionarios policiales estadounidenses entraron el viernes en el consulado chino en Houston, violando descaradamente las convenciones diplomáticas internacionales y dando un paso más para pisotear toda convención diplomática.

El gobierno de los Estados Unidos ordenó el cierre del consulado chino en Houston bajo la excusa absurda de proteger la propiedad intelectual de los Estados Unidos y la información privada de los estadounidenses. La medida llevó los ataques estadounidenses contra China a un nuevo nivel.

A estas alturas, el mundo debe haber visto claramente cómo Washington ha provocado a Beijing una y otra vez, empujando sus lazos con China a una nueva guerra fría. Obviamente, China está en el lado defensivo y todas sus acciones son contramedidas, que se encuentran en el lado derecho de la justicia internacional y que se llevan a cabo para salvaguardar los intereses nacionales de China. Ni una sola vez China ha provocado primero.

China ordenó el viernes el cierre del consulado estadounidense en Chengdu, provincia de Sichuan. Al igual que Estados Unidos, la parte china también estableció un límite de 72 horas para el cierre. Es una represalia recíproca basada en reglas diplomáticas.

Mirando hacia atrás en los últimos dos años, casi toda la turbulencia en los lazos entre China y Estados Unidos fue provocada por el bando estadounidense, que fueron seguidas por contrarrestaciones del lado chino. De hecho, existen muchas diferencias entre China y EE.UU., Pero ¿tiene la administración actual de EE.UU. el derecho de empujar a las dos potencias principales a una confrontación a gran escala y llevar a la sociedad humana a una era de antagonismo y conflictos?

China está ejerciendo una restricción estratégica hacia los EE.UU. basada en su propia filosofía: Beijing solo toma represalias tras los ataques de Washington. Aunque el mundo sabe que la fortaleza global de China no es tan fuerte como la de los Estados Unidos, es un país poderoso con fuertes capacidades industriales y sectores industriales completos. Es una potencia nuclear con capacidad para un segundo ataque. Cuando se trata de intereses centrales, China tiene la voluntad suficiente para repeler cualquier embate.

La pregunta que nos hacemos todos es: ¿hasta dónde llegará la actual confrontación China-Estados Unidos? ¿Estamos ante una nueva guerra fría? ¿Habrá conflictos militares y estos posibles enfrentamientos evolucionarán hasta convertirse en una confrontación militar a gran escala entre los dos?

La comunidad internacional asume que China no quiere una nueva guerra fría, y mucho menos una guerra convencional. No obstante, los interrogantes anteriormente mencionados se han convertido en interrogativas inquietantes porque nadie sabe cuán salvajes son las ambiciones que tiene la Casa Blanca y si la sociedad estadounidense y la comunidad internacional serán capaces de restringir sus ambiciones.

La mayoría de los estadounidenses tampoco quieren ver estallar una guerra. Sin embargo, el populismo y el descontento de los estadounidenses por el rápido desarrollo de China pueden ser explotados por la administración del presidente estadounidense Donald Trump.

El pueblo estadounidense cree que los funcionarios del gobierno de EE.UU. saben hasta dónde llegar y cuándo detenerse. Sin embargo, la verdad es que esos funcionarios continúan desgastando los lazos entre China y Estados Unidos hasta llegar a una situación desesperada que podría derivar en una guerra.

Algunos países consideran la confrontación China-Estados Unidos como una oportunidad para expandir su espacio estratégico. Los países occidentales, que tienen diferencias ideológicas inherentes con China, se encuentran más contrariados que nunca por los oscuros objetivos de Washington bajo la bandera de luchar contra la "nueva tiranía" de China.

Varios de estos tienden a moderarse ante los descarados movimientos de Estados Unidos para poner en peligro la paz mundial. Otros, asustados por la amenaza de Washington, no tienen otra alternativa que cooperar con los Estados Unidos.

China se encuentra en modo de defensa. Sin embargo, si Washington está tan decidido a empujar los lazos China-Estados Unidos en la peor dirección, China no podrá cambiar la tendencia por sí sola. Una vez que Washington pueda hacer lo que quiera de manera desenfrenada, el siglo XXI será más oscuro e incluso más explosivo que la era de la Guerra Fría. Las chispas accidentales pueden conducir a un incendio sin precedentes.

El mundo debe comenzar a actuar y hacer todo lo posible para detener la histeria de Washington en sus relaciones con China.

En este momento, ya no se trata de si las relaciones entre China y Estados Unidos están en caída libre, sino de si Washington está quebrantando la línea de defensa de la paz mundial. El mundo no debe ser secuestrado por un grupo de políticos dementes. Las tragedias de la segunda y la cuarta década del siglo pasado no deben repetirse.


   Google+