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spanish.china.org.cn | 24. 07. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

¿Por qué Estados Unidos la emprendió súbitamente contra China?

Palabras clave: Estados Unidos, China, confrontación

¿Todavía hay espacio para que China y Estados Unidos alivien las tensiones y eviten una confrontación total?

Estados Unidos comenzó acercamientos con China desde principios de la década de 1970, y durante mucho tiempo ha creído que el auge de la economía de mercado, provocado por ese contacto, eventualmente conducirá a la supuesta “liberalización política” en China. Sin embargo, ahora están completamente decepcionados; este es el sentimiento más común entre las élites políticas estadounidenses.

Creemos que tal explicación no es más que el narcisismo selectivo de las élites estadounidenses, así como la superioridad moral de los Estados Unidos y la confrontación del mundo occidental con China.

La distensión en las relaciones chino-estadounidenses comenzó con la visita a China del ex presidente estadounidense Richard Nixon en 1972 durante el pico de la Guerra Fría. Estados Unidos, forzado por la Guerra Fría, tuvo que tomar la iniciativa y acercarse a China. En ese momento, China tenía una fuerte confrontación ideológica con Occidente. Sin embargo, el acercamiento de las relaciones entre China y Estados Unidos reformuló la estructura geopolítica de la región de Asia y el Pacífico y afectó la tendencia de la Guerra Fría. Este era el verdadero propósito de Washington.

Después de la reforma y apertura de China a finales de la década de 1970, China y Estados Unidos dieron vida a una amplia gama de contactos. No obstante, hasta finales de la década de 1980, el único plan de Estados Unidos para China era utilizar el potencial de China para enfilar más baterías contra la Unión Soviética.

Después del final de la Guerra Fría y durante la década de 1990, el enfoque estratégico de Washington fue digerir sus logros durante la Guerra Fría. China, como mercado emergente, atrajo el gran interés de Estados Unidos durante ese período. Las élites conservadoras de Estados Unidos nunca han renunciado a la hostilidad hacia China, pero el enorme potencial del mercado chino impidió la propagación de tal hostilidad.

Después de la guerra antiterrorista de los Estados Unidos, el sentido de una gran competencia de poder se fortaleció nuevamente en los Estados Unidos. El ascenso de China ha alcanzado gradualmente el punto crítico de la tolerancia estratégica de Estados Unidos. La administración Trump considera a China como el mayor competidor estratégico de EE.UU.

Fue así como la política de Estados Unidos hacia China ha experimentado una reversión fundamental.

Estados Unidos nunca se enfrentó a un país como China, un país enorme con un desarrollo rápido y un potencial ilimitado. Las élites políticas de Washington se encuentran en pánico. Su mentalidad de Guerra Fría vuelve a la acción nuevamente. Los intereses hegemónicos de EE.UU. vuelven a ocupar una posición abrumadora en las relaciones entre China y EE.UU., y los enormes intereses económicos de los dos países se han relegado al segundo plano. Parece que los Estados Unidos han regresado repentinamente al siglo XX.

China tampoco tiene experiencia lidiando con la hegemonía mundial. Ante la ferocidad de los Estados Unidos, ¿deberíamos tratar de calmarlo, o deberíamos seguir haciendo lo que hasta ahora hemos hecho bien y contraatacar? Esta es la dicotomía.

Sin embargo, creemos que la inocencia general de China afectará el desarrollo de la situación durante mucho tiempo. El hecho de que China se esté convirtiendo en un país importante se debe al deseo del pueblo chino de deshacerse de la pobreza y ser próspero. No es una campaña de conspiración para derrocar a Estados Unidos. El desarrollo militar de China también está en línea con sus riesgos estratégicos en expansión y su necesidad de proteger los intereses nacionales. China sigue siendo un país estratégicamente defensivo sin ninguna ambición de expansión. Nuestra "dureza" es una estrategia para proteger nuestros intereses centrales, no para restablecer el orden mundial.

Estados Unidos ha juzgado seriamente los motivos estratégicos de China. China es una sociedad enorme, y los asuntos internos han sido el foco de gobierno del país. El Partido Comunista de China (PCCh) es la fuerza central que lleva al pueblo chino a cumplir tareas arduas. Desde el XVIII Congreso Nacional del PCCh celebrado en 2012, la campaña anticorrupción ha cambiado profundamente el estilo de gobierno, la industria de la información ha aportado conveniencia, y China también ha tomado medidas en la construcción de nuevos campos, y la equidad y la justicia. China también ha puesto adecuadamente bajo control la epidemia de COVID-19. Este es el período en que la política de China es sin precedentes estable.

Estados Unidos no tiene la capacidad de aplastar a la China de hoy, porque China ya es lo suficientemente poderosa, aunque no toma el peligroso camino de expansión. Aunque China tiene ideologías diferentes a las de algunos países occidentales, no siembra semillas de odio. Es por eso que Estados Unidos ha encontrado resistencia y negativas al tratar de formar un campo anti-China.

La comprensión del equipo de gobierno estadounidense de los intereses estadounidenses y de China está desactualizada. Están luchando contra el siglo XXI, mas no contra China. Así, será inevitable que se estrellen contra la realidad.


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