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spanish.china.org.cn | 22. 07. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

Moral cuestionable en las nuevas sanciones de EE.UU. a China

Palabras clave: EE.UU., China, COVID-19

El departamento de Comercio de Estados Unidos agregó el lunes otras 11 compañías chinas a su Lista de Entidades, acusándolas de participar en "violaciones y abusos de los derechos humanos" por "trabajo forzado y recopilación involuntaria de datos biométricos" en grupos minoritarios musulmanes en el noroeste de China, en la región autónoma Uygur de Xinjiang. Se trata del tercer grupo de empresas a las que el organismo señala por interferir en asuntos relacionados a dicha localidad.

Además de dificultarles la importación de piezas y componentes, la medida socavaría la confianza de firmas estadounidenses y occidentales en la cooperación con ellas y en la compra de sus productos.

Washington ha abusado de las sanciones contra empresas chinas al empezar con Huawei el año pasado. Su lógica era relativamente evidente en ese entonces, pero desde el estallido de la epidemia de COVID-19, su accionar es más que imprudente. Algunos elementos han creado deliberadamente tensiones con China para pavimentar el camino a la reelección de Donald Trump, a través del aumento de sanciones arbitrarias y aleatorias contra ella.

Las excusas para ellos son cada vez peores e irrazonables. Por ejemplo, las compañías chinas que recién cotizan fueron acusadas de "trabajo forzado".

Sin embargo, es bien sabido que incrementar la tasa de empleo entre las minorías étnicas es algo bueno y requiere de una ardua labor de las autoridades locales.

Las penalidades disuadirán a las firmas chinas de contratar a personas de minorías étnicas en Xinjiang, y vulnerará su derecho a ser empleadas. Washington ofrece palabras para proteger a los musulmanes en Xinjiang, no obstante en realidad mina sus relaciones con estos grupos así como con  el mercado laboral. Estados Unidos obliga a las empresas, especialmente aquellas orientadas a la exportación, a no tener empleados de origen Uygur para evitar problemas.

Washington solo utiliza la moral para su conveniencia. Tales sanciones lo  ayudan a publicitarse a los ojos de la opinión pública occidental, porque pocos estadounidenses y otros occidentales pueden advertirlo.

Sus actos desenfrenados complican la respuesta de China. Es imposible que no haya represalias, de lo contrario se consienten sus tácticas de intimidación. Sin embargo, si China toma "medidas recíprocas", caerá en el campo de batalla preestablecido por Estados Unidos.

Lo que importa aún más es que la prioridad de la administración Trump es la reelección y la obtención de la mayor cantidad de votos posible. Por el contrario,lo relevante para China son las relaciones bilaterales y sus intereses a largo plazo. Esta es también una gran diferencia entre ambos.

Dadas las razones antes mencionadas, en el periodo previo a los comicios de noviembre, China debe mantenerse sobria en esta lucha e identificar con precisión sus intereses. Debe contrarrestar la provocación de Estados Unidos de manera que sirva mejor a los mismos. Como Washington ha adoptado un enfoque gubernamental para su embate contra China, esta debe explorar estrategias que lo perjudiquen más que a ella.

El desempeño de su economía es pobre y es menester decir que es un desastre. El permitirse llegar a una situación de pérdida con China posee un espacio reducido. La táctica actual de Washington son trucos de propaganda para fortalecer una imagen firme frente a China.

Lo que más le importa ahora es la economía y el mercado de valores. Su lucha contra la epidemia es un fracaso total. Mostrar buenos datos económicos tiene la misma relevancia que acusar a China por su fallida respuesta epidémica. Debemos entender esto.

El tema ha devenido más una cuestión técnica sobre cómo China debe responder. Por ello, sugerimos que la sociedad china mantenga la confianza y el sentido de justicia. Confianza en que los profesionales del Gobierno sirvan mejor a los intereses del país. La estrategia estadounidense para con China ha cambiado drásticamente y ha causado mucha incertidumbre. Pero no hay nada de qué preocuparse, porque sabemos cuáles son los intereses de China y la fortaleza no falta.


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