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spanish.china.org.cn | 16. 07. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

La malicia de Washington no puede hacer caer a Hong Kong

Palabras clave: Hong Kong, Estados Unidos, seguridad nacional

Un barco con el lema "por la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional en la Región Administrativa Especial de Hong Kong" navega en el puerto Victoria en Hong Kong, sur de China, el 1 de julio de 2020.


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, promulgó el martes la llamada "Ley de Autonomía de Hong Kong" y firmó una orden ejecutiva que pone fin al trato preferencial para la región especial. El mandatario tuvo palabras duras durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca: "Se les ha desprovisto de su libertad; de sus derechos. Así se va Hong Kong... porque ya no podrá competir con los mercados libres".

Trump sostuvo que Hong Kong ahora tendrá el mismo tratamiento que la parte continental de China, "sin privilegios especiales ni trato económico particular". Pero no hay nada de eso en las medidas dispuestas, lo que lleva a algunos analistas a creer que la Casa Blanca habla sin sentido, ya que desea mostrar una postura dura, pero no quiere perder junto con Hong Kong.

Si la región no puede sobrevivir sin estas "preferencias", entonces está acabado. La administración Trump se siente ofendida. Quiere destruir la prosperidad de la ciudad para desahogar su ira, pero Beijing no caerá en esa trampa.

¿Estados Unidos realmente brindó "privilegios especiales" a Hong Kong? Washington es extremadamente egoísta. Promueve el "América Primero", ha recortado la ayuda internacional y ha calculado con sus aliados políticas comerciales y costos compartidos de sus bases militares. ¿Cómo puede estar dispuesto a otorgarlos a un país o región?

Hong Kong es un puerto libre con el respaldo de la parte continental de China. Su desarrollo tiene como base su propio esfuerzo. La vinculación de su dólar con su par estadounidense beneficia a Estados Unidos. Como centro financiero, Hong Kong ha hecho mucho por las finanzas del país norteamericano; como centro de libre comercio, ha contribuido con miles de millones de dólares a su superávit comercial cada año. Las llamadas "preferencias" son todas herramientas políticas para maximizar los intereses de Estados Unidos.

La administración actual adora de manera enfermiza su poder. Además es impulsiva y agresiva. El tema de Hong Kong es un espejo de su extrema arrogancia. Pero dado que la ley de seguridad nacional toca intereses centrales de China, la resolución del país es inquebrantable. ¿Hasta qué punto está dispuesto Estados Unidos a sacrificarse para dañar a Hong Kong? No importa lo que haga, China luchará hasta el final.

El trabajo, la producción y el consumo son elementos fundamentales en la economía mundial. Todo lo demás está unido a ellos. La esencia de las finanzas es servir a la producción y al consumo. Estados Unidos construyó un sistema financiero centrado en su moneda durante el período álgido de su capacidad productiva. El mundo lo siguió y China lo apoyó. Ahora, esa fuerza manufacturera ha caído en picada y su sistema financiero pende de un hilo. Si Estados Unidos abusa de las sanciones financieras y las utiliza como armas geopolíticas, lo que provocará es la muerte de su propio imperio financiero.

La supresión de China ha perjudicado los intereses centrales de 1400 millones de chinos. Por defender sus principios, la trabajadora y sabia nación china así como su creciente mercado nunca sucumbirán. Su capacidad de recuperación política, su enorme sociedad y otros poderes nacionales en potencia lo respaldarán en la lucha por la justicia hasta el final.

Las palabras irónicas de Trump solo muestran a los chinos la malicia estratégica de su administración contra China, incluido Hong Kong. Sus palabras no pueden asustar al país ni afectar su labor en la región especial. Washington puede seguir realizando trucos para poner fin al trato preferencial de Hong Kong si no tiene miedo a caer él mismo.

China continuará con su desarrollo. Solo mire el impacto de la COVID-19 en Estados Unidos y cómo China ha controlado efectivamente la epidemia. La gente sabrá que China es capaz de lidiar con la propagación del virus geopolítico que representa Washington. Hong Kong, con la ayuda del gobierno central, podrá hacer frente a los cambios. La "Perla de Oriente" seguirá brillando.


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