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spanish.china.org.cn | 13. 07. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

EE.UU. no puede convencer a otros de atacar a China

Palabras clave: EE.UU., Unión Europea, China

Estados Unidos no ha logrado lo que deseaba en sus intentos de poner a la Unión Europea contra China. El ministro de Economía y Energía de Alemania, Peter Altmaier, declaró al periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung que Berlín se opone a sancionar y aislar a China en el tema de derechos humanos.

"Siempre ha sido la política de la comunidad internacional occidental, incluida la UE, que las relaciones comerciales no se basen únicamente en lo democrático que es un país", indicó, y agregó que Alemania "no es la directora mundial de la moral". Su actitud es representativa entre los alemanes.

La nación teutona asumió la presidencia rotatoria de 6 meses del bloque a partir del 1 de julio y está comprometida a promover una política exterior unificada, especialmente hacia China. Berlín ha reaccionado de manera diferente a Washington con respecto a la 5G y a otros asuntos de China, reflejando una división transatlántica cada vez más profunda en estrategias.

La canciller alemana, Ángela Merkel, recientemente llamó la atención de los medios estadounidenses al decir: "Al vivirlo en carne propia, no se puede combatir la pandemia con mentiras y desinformación ni mucho menos con odio o incitación al mismo".

Estados Unidos y la UE son aliados con vínculos sólidos. Cualquiera que crea que Europa ayudará a China a confrontarlo está completamente equivocado. Pero, ¿puede Washington cortejar a Europa para que encare a China como lo hizo con la ex Unión Soviética? Sin duda ha demostrado tal voluntad, pero es solo una fantasía.

El mundo ha cambiado. Ahora, el aspecto económico es vital para el Viejo Continente. La seguridad militar sigue siendo importante, pero Europa rara vez se ve amenazada militarmente: es más que absurdo llamar a China una amenaza de seguridad. Europa necesita fortalecerse si quiere evitar el declive. Estados Unidos ha declarado abiertamente que sus propios intereses son lo primero, lo que recuerda a los europeos que deben incrementar su propia fuerza y autonomía.

La separación con China va en contra de los intereses de Europa. A pesar de la competencia, China brinda recursos insustituibles para su empoderamiento. A fin de consolidar su hegemonía, Estados Unidos se ha despegado parcialmente de China. Pero, ¿por qué debería Europa hacer lo mismo si no puede permitirse una pérdida similar? ¿Para alinearse con la Casa Blanca?

De hecho, Estados Unidos no solo suprime a China, sino también el espacio de Alemania para su desarrollo económico. Washington no permite que nadie le represente una competencia real. Su arrogancia no tiene límites. El conflicto entre ambos es inevitable. Cuanto más arbitrario sea Washington a fin de doblegar a Berlín, más pública será la disputa.

China no representa una amenaza para Europa. China adopta políticas exteriores suaves y se ha convertido en un mercado enorme. Esta es la razón fundamental por la que Europa se niega a seguir a Estados Unidos en su freno. Mientras China continúe con su estrategia de cooperar con el mundo y busque resultados beneficiosos para todos, los intentos de Estados Unidos de atraer a otros países en contra de Beijing están destinados a fracasar. Algunos de ellos juegan al cambio repentino ante la presión de Washington.

La incitación ideológica es la táctica anti-China usada frecuentemente por la Casa Blanca y sus aliados. Promueven implacablemente que China es un "régimen autoritario", que va en contra de los valores de un "mundo libre", que ha engañado a muchos occidentales y se ha convertido en una fuente de presión pública en sus territorios para atacar a China.

China debe seguir su propio camino de desarrollo y estilo de gobernanza. Este es el derecho del pueblo chino. A partir de ahí, encara la difícil tarea de atenuarel conflicto de valores con algunos países occidentales y reducir su surgimiento. Si exploramos desde esta dirección, podríamos debilitar la capacidad de Estados Unidos de crear una brecha entre China y Europa y despojarle de la posibilidad de propagar información contra China.

Estados Unidos quiere seguir la senda equivocada de frenarla ya que su competitividad está bajando, mientras que China no desafía el orden mundial. Mientras ella mantenga estrategias estables, la política extrema estadounidense difícilmente puede captar al mundo entero. Washington tendrá que realizar ajustes algún día.


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