¿Estados Unidos abandonará la ONU en el futuro?

Desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asumió el cargo, el país le ha dado la espalda a muchas organizaciones y tratados internacionales, incluidos la UNESCO y el Acuerdo de París sobre cambio climático. En medio de un agudizamiento de la crisis de COVID-19 en la nación, Estados Unidos anunció el martes su retiro de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a partir del 6 de julio de 2021.

Al hacerlo, el Gobierno buscaría calificarlo como chivo expiatorio por el avance del virus en su territorio.

Muchos políticos estadounidenses también han cargado contra las Naciones Unidas (ONU). Por ejemplo, el congresista Mike Rogers dijo en 2017 que la participación de Estados Unidos en la ONU "debería terminar de inmediato". En los próximos meses antes de las elecciones presidenciales de 2020, si Trump creyera que beneficiaría un segundo término, podría hacerlo realidad.

Sin embargo, si realmente amenaza con ello, es poco probable que obtenga el apoyo popular, pues este tipo de acciones persuasivas solo sirven a sus fieles seguidores. Una gran parte de estadounidenses podrían guardar reservas sobre una posible salida e incluso oponerse con firmeza a ella.

Ha habido muchos problemas internos en Estados Unidos y es difícil para la administración Trump culpar a la ONU. Jugar una carta así puede perjudicar al mandatario.

La Casa Blanca siempre ha estado dispuesta a inmiscuirse en asuntos internacionales. Trump cree que Estados Unidos no obtiene tanto como da en esta esfera. Basado en esta mentalidad calculadora, cree que ser miembro de organizaciones internacionales perjudica los intereses de la nación. El retiro simboliza también su bravuconería a fin de resaltar la importancia del país y un intento de mantener su liderazgo global en un mundo multilateral.

Si Estados Unidos abandona la ONU en el futuro, esto significa que el sistema,iniciado y encabezado por él mismo y otros países occidentales desde 1945, perdería el apoyo de un miembro fundador clave. Esto dañaría seriamente el poder de la organización, especialmente cuando su sede se encuentra justamente en la ciudad de Nueva York.

Si lo hace y busca construir un nuevo sistema a partir de un pequeño grupo de países, la efectividad y operación de la ONU enfrentaría un duro golpe. Estados Unidos, obviamente, puede actuar sin escrúpulos en el escenario global si esto sucede. Esto afectaría aún más la paz y la estabilidad en el mundo.

En lugar de retirarse por completo de la ONU, puede ser más realista para Estados Unidos tratar de reformarla y convertirla en una organización más acorde con su visión e intereses, tal y como lo hizo con la OMS y la OMC.

Estados Unidos siempre ha querido cambiarla y tener mayor peso de decisión. Esto es lo que otras administraciones trataron de hacer. Pero la actual ha adoptado un enfoque más directo y radical.

Es muy probable que Washington continúe en el seno de la ONU. Mientras tanto, buscará de manera proactiva reformas que le brinden beneficios más amplios. También es posible que remodele el sistema internacional, de manera destructiva, lo que está más en línea con sus intereses. Si Estados Unidos no logra reconstruir el sistema, puede amenazar con salirse y devenir el destructor del esquema actual de relaciones internacionales.