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spanish.china.org.cn | 03. 07. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

¿Está dispuesto EE.UU. a sucumbir él mismo para dañar a HK?

Palabras clave: Estados Unidos, Hong Kong, seguridad nacional

Los ciudadanos de Hong Kong se opusieron el jueves a la intromisión estadounidense y extranjera en los asuntos internos de China.


La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la llamada "Ley de Autonomía de Hong Kong" el miércoles. El texto establece que el Gobierno puede imponer sanciones a individuos, entidades e instituciones financieras que respalden los esfuerzos para "restringir la autonomía de Hong Kong". Algunos creen que el proyecto es una versión mejorada de la llamada "Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong".

Sin embargo, el problema actual no es aprobar nuevas leyes, sino cuánto está dispuesto el país norteamericano a dañar a Hong Kong y a la parte continental de China a expensas de sus propios intereses.

Europa ha adoptado en general una actitud realista. Algunas naciones europeas expresaron su preocupación o rechazo a la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong, pero no amenazaron con sanciones.

El Reino Unido extendió el miércoles los derechos de migración a titulares de pasaportes nacionales británicos (de ultramar) de Hong Kong de 6 meses a 5 años. Después de un año más, podrán solicitar la ciudadanía británica. Sin embargo, tal proceso es difícil para muchos hongkoneses, con muchos años de incertidumbre por delante. Los funcionarios chinos han expresado su oposición a dicha medida, y es una actitud inevitable de cualquier país en esta situación. Sin embargo, esta no ejercerá presión alguna sobre la sociedad china. Los chinos nunca han estado en contra de la aceptación de otras naciones occidentales de sus "migrantes políticos".

La sociedad británica es reacia a la migración, y esta es una de las principales razones del brexit. El Reino Unido está dispuesto a pretender acoger a residentes de Hong Kong, pero esto no perjudicará al pueblo chino. Depende de si el pueblo británico aceptará el precio de esta iniciativa.

Por lo tanto, Estados Unidos es el único país que pide castigos a China y las que él ha impuesto son meramente simbólicos. Las sanciones estipuladas en la llamada "Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong" están lejos de agotarse. Washington usa herramientas que no significan pérdidas para sí mismo, como penas a funcionarios, y el pretender hacerlo es solo una amenaza.

Como informó la prensa occidental, es difícil para ellos tomar medidas que solo dañen a China, o lo hagan más que a ellos. Por lo que necesitan pensar bien su siguiente paso.

Si Washington quiere destruir Hong Kong, una ciudad que no está a su servicio, a cualquier costo para perjudicar a China, entonces todavía hay muchas cosas por hacer. Por ejemplo, puede aumentar los aranceles de Hong Kong e igualarlos a los de la parte continental de China o evitar la vinculación de su dólar con el hongkonés. Sin embargo, esto no quiere decir que pierda una gran cantidad de su superávit comercial con la región especial y más bien impactará en el estatus de su moneda como divisa global. Si Estados Unidos prefiere sucumbir él mismo para destruir a Hong Kong, entonces 1400 millones de chinos lucharán hasta el final.

Estados Unidos posee la hegemonía financiera global, y esta es bidireccional. Necesita brindar servicios al mundo y depende del apoyo de este. Si abusa de tal dominio para imponer sanciones a una gran economía como China, de seguro será un golpe de gracia para su estatus, al tiempo que creará problemas para Hong Kong.

Los logros económicos de China tienen su razón de ser en el arduo trabajo del pueblo chino. La gran ventaja de Hong Kong radica en su imagen insustituible como ventana de China al mundo exterior. China nunca transferirá esta posición a otra urbe asiática. Así, el futuro de la región lo determina China y no Estados Unidos.

El pueblo chino es diligente y cuenta con una completa base industrial. Aunque China todavía está rezagada en ciertos sectores de alta tecnología, el país puede encarar problemas clave en el campo. Estados Unidos languidece y es incapaz de controlar la epidemia de COVID-19 y, mientras tanto, usa trucos para contener y amedrentar a China. ¡Cuánta arrogancia y narcisismo!


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