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spanish.china.org.cn | 02. 07. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

El tema de HK aísla a Washington

Palabras clave: Seguridad Nacional, Hong Kong, Estados Unidos

Ciudadanos de Hong Kong se reúnen el martes para apoyar la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong.


Tras la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong el martes, los países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, lanzaron ataques predecibles. Hacen mucho ruido, pero son los rostros críticos acostumbrados bajo cualquier circunstancia. Este pequeño círculo repite una y otra vez la misma melodía.

No obstante, solo Washington ha amenazado con sanciones. Independientemente de los hechos, respalda la postura de fuerzas secesionistas y se opone a la ley mencionada. Sin importar su contenido, el secretario de Estado Mike Pompeo la califica de "draconiana".

La actitud de Europa difiere. No cuestiona en exceso su legalidad, pero enfatiza que no debe doblegar el grado de autonomía y democracia de Hong Kong. Ningún país del continente ha expresado su deseo de castigos en ese sentido. Fuera de la esfera occidental, no existe otro reclamo tras su promulgación. La mayoría de las naciones ha hecho gala de comprensión.

Pompeo emitió una declaración arbitraria y exagerada, que incluyó culpar a China por convertir el principio "un país, dos sistemas" en "un país, un sistema". Tal imputación muestra desprecio por el juicio básico de la comunidad internacional y solo hará que el mundo considere a Washington un desadaptado político. Si bien aísla a China, también lo hace así mismo.

El mundo entiende la necesidad de que Hong Kong tenga una ley de seguridad nacional. Estados Unidos puede usar su poder de retórica  para torcer los hechos. Es como el diseñador de gafas de realidad virtual que intenta convencer a la gente de una China y un mundo virtuales, y alienta a las personas a tratar con ella con las gafas puestas. El mundo no es tonto, y la gente se da cuenta de la esencia de las protestas de Hong Kong y por qué Washington ataca sin tregua a China a través de esta vía.

Hong Kong forma parte de los asuntos internos de China. Esto no es discurso diplomático. Las personas pueden tener diferentes puntos de vista a partir de valores distintos, pero el caos en Hong Kong a lo largo de un año expuso un vacío legal. Es menester de China resolver el problema, y fuerzas extrañas no pueden inmiscuirse. La no interferencia en asuntos internos de otros países reconoce la realidad y evita crear problemas.

El alto perfil sin precedentes de Washington en los asuntos de Hong Kong es arrogante. Es tan ambicioso que quiere convertir a Hong Kong en una herramienta para contener el ascenso de China. Por lo tanto, está involucrado en una batalla en la que su capacidad está por debajo de sus deseos.

Estados Unidos quiere evitar que China apruebe la Ley de Seguridad Nacional para Hong Kong, si esto falla, prefiere destruir a la región especial. Sin embargo, necesita demasiados recursos de los que es reacio a separarse. Al mismo tiempo, busca un atajo a expensas de otros, por lo que incita a la sociedad hongkonesa y a sus aliados. ¡Buen intento!

La voluntad de las fuerzas extremas en Hong Kong ha caído en gran medida. Están decepcionados con la llamada "Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong" aprobada por Estados Unidos. Ningún aliado está dispuesto a cooperar, a no ser por simples declaraciones basadas en valores. En lo que a Hong Kong se refiere, Estados Unidos está aislado.

No hay muchas cartas en manos de Washington. El país enfrenta el embate del coronavirus y la crisis de su economía. Es mejor guardar energía para sus propias batallas, en ver de consumirla en una lucha que no le dejará nada.


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