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spanish.china.org.cn | 28. 06. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

EE.UU. surca sin rumbo fijo el mar de la incertidumbre

Palabras clave: EE.UU., coronavirus, Hong Kong

Datos récord de coronavirus en Estados Unidos el jueves y viernes, con un trágico repunte de casos confirmadosde hasta 40 000 al día. En tanto, la cifra de muertos supera las 125 000, el país está sumido en el caos y navega sin rumbo fijo por el mar de la incertidumbre.

Su situación epidémica está fuera de control. La Casa Blanca reanudó el viernes sus sesiones informativas al respecto. El vicepresidente Mike Pence no ofreció solución alguna y solo reiteró la postura del Gobierno: el aumento se debe en gran medida al incremento de pruebas. Osadía y desparpajo, los políticos estadounidenses deben tener el respaldo de mentalidades fuertes y valores retorcidos en la sociedad.

Mientras la administración golpea su rostro con orgullo, ¿necesita tal Gobierno la misma moral y justicia para atacar a otros? En los últimos días, la cúpula estadounidense, desde el asesor de Seguridad Nacional Robert O'Brien hasta el secretario de Estado Mike Pompeo, han utilizado el más vil de los lenguajes contra China.

El sábado por la mañana, hora de Beijing, el departamento de Estado anunció la restricción de visas a funcionarios chinos acusados de infringir la "libertad" de los ciudadanos de Hong Kong. Tal interés por las "fallas" de China es sarcástico. Dado que la epidemia en el país norteamericano es la peor del mundo, ningún chino buscaría poner en pie en su territorio, por lo menos hasta que la situación mejore, excepto aquellos que piensan estudiar en la nación.

La lucha contra el virus y la reactivación económica están estrechamente relacionadas en todos los países. La Casa Blanca no tendrá éxito si solo quiere esta última. Su política actual no tiene razón de ser y la campaña electoral continúa con mentiras y ataques entre sí. La administración actual no tiene la voluntad ni la capacidad de resolver los problemas sociales. Solo recurre a la crítica y al ensañamiento contra China entre su población como un remedio temporal.

Cuando funcionarios estadounidenses de alto rango insultan sin motivo a China, Beijing no necesita dialogar con Washington. Estados Unidos no tiene la disposición de llegar a un consenso para calmar el conflicto, pero trata de explotar ganancias ulteriores más allá de los vínculos bilaterales.

El pueblo chino debe aceptar que se enfrenta a una imprudente política norteamericana hacia China. Dos fuerzas yacen detrás. Primero, Washington desea mantener su hegemonía global, por lo que continúa reprimiendo a China. En segundo lugar, el gobierno Republicano está decidido a culparla como estrategia central de su reelección. ¿Qué posibilidades quedan para mejorar las relaciones bilaterales?

Al menos en los próximos meses, estos lazos se mantendrán en su estado actual. Ante la provocación estadounidense, China debe reforzar su unidad interna y obtener el apoyo de la comunidad internacional. No existen buenas maneras en la postura de la Casa Blanca, esta ha desterrado toda clase de herramientas diplomáticas. Mientras Beijing tenga un manejo adecuado de la situación, es seguro que conseguirá un mayor apoyo moral.

La política de Washington ha ido demasiado lejos, parece fuerte pero en realidad es débil en su interior. Estados Unidos tiene pocas cartas para jugar y se acerca irremediablemente hacia un estado de tigre de papel.


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