74 años y el peso de una crisis: los interrogantes sobre la salud de Donald Trump

En su cumpleaños número 74, el domingo, un incidente aviva las preguntas de los medios locales estadounidenses sobre el estado de salud de Donald Trump a medida que se acerca una agotadora campaña de reelección.

El escrutinio sobre la salud de un presidente siempre es intenso. Los resultados de un examen físico de rutina publicado a principios de este mes revelaron que el presidente de Estados Unidos tenía sobrepeso (110 kilogramos) aunque lo demás parecía estar en orden.

Sin embargo, su aparición el sábado en la academia militar estadounidense en West Point, Nueva York, planteó serios interrogantes sobre signos aparentes de inestabilidad, problemas de equilibrio y problemas para enunciar ciertas palabras.

Dado que Trump se ha burlado con frecuencia de la salud y la agudeza de su más probable opositor electoral, el demócrata Joe Biden, tres años mayor que él, la cuestión de la aptitud física podría pesar mucho en la campaña que se avecina.

Después de que un video ampliamente difundido el sábado mostrara a Trump caminando inestablemente por una larga rampa después de pronunciar un discurso de graduación en West Point, el mandatario se dirigió a Twitter para salir con una explicación.

"La rampa que descendí después de mi discurso de graduación de West Point era muy larga y empinada, no tenía pasamanos y, más importante, era muy resbaladiza", publicó Trump.

"Lo último que iba a hacer era 'caerme' para que las Noticias Falsas se divirtieran.", añadió.

Los reporteros en la escena aseguraron que el clima estaba seco y que la rampa no era particularmente empinada.

Pero eso no es todo, Trump también parecía tener problemas el sábado al llevarse un vaso de agua a los labios, comenzando el gesto con la mano derecha pero luego levantando la mano izquierda aparentemente para ayudarse.

Y, si bien no es la primera vez, pareció pronunciar mal una serie de nombres de estadounidenses conocidos, incluidos los de los generales del ejército Ulysses S. Grant y Douglas MacArthur.

Su desempeño en West Point no fue la primera vez que se cuestionó la salud de Trump, particularmente por sus críticos políticos declarados, cuya especulación ha abarcado desde la demencia temprana hasta un derrame cerebral menor.

A finales del mes pasado, Trump parecía tener problemas para quedarse quieto durante una solemne ceremonia de colocación de coronas en el Cementerio Nacional de Arlington, cerca de Washington, aunque algunos comentaristas advirtieron que podría haber estado cansado.

Esa aparición también se produjo en un momento en que Trump reveló que había estado tomando un curso de hidroxicloroquina, un medicamento que creía que podría ayudar a defenderse del coronavirus, a pesar de la falta de evidencia médica. Los efectos secundarios de la droga incluyen mareos y náuseas.

Trump ha resultado repetidamente negativo para Covid-19.

La salud del mandatario estadoundiense ha sido un tema recurrente desde noviembre pasado, cuando Trump realizó una visita secreta y no programada al Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en Bethesda, Maryland, EE.UU.

La Casa Blanca calificó la visita como un "chequeo de rutina", aunque era inusual, solo nueve meses después de su examen anterior, y rechazó las especulaciones sobre cualquier "problema urgente o agudo".

Durante su campaña de 2016, Trump atacó a la entonces oponente Hillary Clinton después de que ella se enfermara en un evento de campaña, argumentando que no estaba físicamente preparada para ser presidente.