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spanish.china.org.cn | 05. 06. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

EEUU castiga a sus propias aerolíneas y empresas

Palabras clave: EEUU, aerolínea

El vuelo CZ3001 de Aerolíneas del Sur de China despega en el Aeropuerto Internacional Daxing en Beijing el 25 de septiembre de 2019.


Aun cuando enfrentan presión de las compañías nacionales para reanudar los viajes a China, los funcionarios estadounidenses anunciaron el miércoles que suspenderán los únicos servicios aéreos de pasajeros que quedan entre ambos países, en lo que, según analistas, podría ser un castigo más para las empresas estadounidenses que buscan reiniciar operaciones en China, en lugar de afectar a las aerolíneas chinas como Washington pretende.

En un comunicado, el departamento de Transporte anunció el alto de las operaciones de pasajeros de todos los transportistas chinos desde y hacia Estados Unidos a partir del 16 de junio. Esto en respuesta al "fracaso" de China de permitir que las firmas estadounidenses reanuden vuelos hacia y desde su territorio.

La medida; dirigida a varias aerolíneas chinas, incluidas Air China, Beijing Capital Airlines, Aerolíneas del Este de China, Aerolíneas del Sur de China, Aerolíneas Hainan, Sichuan y Xiamen; dejaría sin efecto todos los servicios aéreos entre las dos economías más grandes del mundo y aumentaría aún más las tensiones. bilaterales. Además afecta también a otras compañías aéreas y demás negocios que dependen de estos servicios para mantenerse activos.

"Washington ha cerrado la puerta a las negociaciones de rutas aéreas entre China y Estados Unidos, sin tregua a las empresas estadounidenses que necesitan servicios aéreos con China", señaló un miembro del ramo el miércoles por la noche.

La fuente, que solicitó lo llamen Li, apuntó que la medida repercutirá en muchos, incluidas aerolíneas estadounidenses y otras empresas que buscan reanudar operaciones comerciales después de la pandemia de COVID-19.

Global Times informó previamente que corporaciones estadounidenses como Apple y Qualcomm podrían haberse convertido en un motor relevante de la vuelta de vuelos a China, ya que dependen en gran medida del mercado chino.

Las aerolíneas estadounidenses primero suspendieron sus servicios a China a fines de enero cuando esta luchaba contra el virus, mientras que sus pares chinas continuaron activas. El gobierno estadounidense también fue el primero en prohibir viajes desde China, medida que Trump utiliza aún como ejemplo de su rápida respuesta al COVID-19.

Sin embargo, con el avance del virus y su terrible efecto en el país norteamericano, China decidió adoptar lo que se conoce como una política "5-1" que permite a cada aerolínea dar servicio a un solo país con un vuelo por semana para evitar la vuelta de la epidemia y garantizar viajes esenciales.

La política china no estaba dirigida a Estados Unidos, sino a todos en general. Muchos países han impuesto restricciones de viaje para evitar la propagación del coronavirus.

Li dijo que dichas políticas posiblemente no se levantarán hasta después del final de la epidemia, independientemente de las acciones de Washington el miércoles. "No hay esperanza de que pueda resolverse. Solo después del fin de la epidemia habrá alguna posibilidad de que el tema se discuta más a fondo", agregó.

Zhang Baoxin, analista del sector de la aviación civil, apuntó el miércoles que la táctica de presión estadounidense llegó impulsada por su urgencia de ayudar a las aerolíneas estadounidenses a reanudar operaciones en China, fuente principal de sus ganancias.

"Esta epidemia ha impactado a las compañías aéreas estadounidenses y ha causado pérdidas masivas a la economía estadounidense. Es por la recuperación económica que la administración Trump constantemente pide a China reanudar los vuelos", dijo Zhang.

No obstante, el asunto debe ser manejado a través del diálogo en lugar de presionar y tomar represalias, agregó, y señaló que China ha comenzado a lanzar un "canal verde" para países con un mejor control del virus.


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