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spanish.china.org.cn | 29. 05. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

EE. UU. es una tumba para débiles, viejos, pobres y minorías

Palabras clave: COVID-19, EE. UU.

La foto del 16 de marzo de 2020 muestra el Centro de Visitantes de la Casa Blanca en Washington D.C., Estados Unidos.


La cifra de muertos por COVID-19 en Estados Unidos superó los 100 000 el miércoles, la mayor vergüenza para la superpotencia en más de un siglo. La cifra refleja el declive de su sistema político y la flagrante negligencia de su deber. Pero ningún funcionario fue encarcelado o despedido.

El presidente Trump solo publicó un tuit superficial la mañana siguiente, mostrando "simpatía y amor". Las acciones estadounidenses cerraron al alza el miércoles, horas antes de que el saldo sumara 100 000. Los principales medios en Estados Unidos destacaron el número, pero sus voces fueron silenciadas en medio de la agitada agenda de la nación. En general, el país superó dicha marca de manera bastante pacífica, y parecía políticamente indiferente.

Trump predijo que solo 50 000 o 60 000 personas perecerían en Estados Unidos, y luego dijo que 70 000 u 80 000 lo harían. Su último alarde es que los 100 000 fueron el resultado de un buen trabajo de su gobierno. Porque de lo contrario, uno o dos millones de personas podrían haber dejado de existir en la nación.

El enfoque de Washington en los últimos dos días y los temas de interés en el Congreso son los ataques a la legislación de seguridad nacional de China para Hong Kong. Están ocupados con sanciones para China. En un momento en que existe una gran laguna de derechos humanos en su territorio, les preocupa los "derechos humanos y la libertad" en Hong Kong.

El gobierno republicano logró girar la atención del pueblo a la promulgación de esta ley en vez de en la pérdida de 100 000 estadounidenses. Parece que esos altos funcionarios solo tienen que atacar a China y demostrar que trabajan arduamente para sancionarla, con lo cual restan responsabilidad en el fracaso de la lucha contra la pandemia.

Lo que quieren es una chispa de conflicto con China, cegar a las personas y engañarlaspara que piensen que la mayor tragedia de derechos humanos en el mundo ocurre en Hong Kong y no en su territorio, donde 100 000 personas fallecieron por COVID-19.

La bandera del darwinismo social ondea en Estados Unidos y el humanitarismo, como un trofeo de esquina, está cubierto de polvo. Dejen morir a los débiles, a los pobres, y Estados Unidos no tendrá que preocuparse por ellos para ser "grande nuevamente".

100 000 es una cifra mayor a la de soldados estadounidenses caídos en las guerras de Corea y Vietnam. Sin embargo, dado que la epidemia se llevó a quienes menos voz tienen en el país, su desaparición es en realidad "un precio razonable" para que Estados Unidos salga de su difícil situación económica.

Al mirar a la nación desde lejos, los chinos ignoramos de que el país más desarrollado y al que habíamos admirado era así. Lo que es aún más sorprendente es que esto no ha afectado a la élite política al continuar su embate contra China, un país que ha protegido con éxito muchas más vidas, por su "violación" de los derechos humanos.

No es claro si fingen ser hipócritas o si realmente creen que la muerte de 100 000 personas es un pecado ínfimo y que la promulgación de una ley de seguridad nacional es uno imperdonable. En resumen, Estados Unidos adolece de paranoia política más allá del sentido común, tanto que 100 000 vidas no impulsarán el retorno a la verdad.

Cuando Washington predica al mundo sobre derechos humanos y moral, no hay nadie que señale lo que sucede. Es decir: Estados Unidos hoy en día es la tumba de débiles, viejos, pobres y minorías.


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