Opinión>
spanish.china.org.cn | 29. 05. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

100 000 muertes marcan una masiva "carnicería estadounidense"

Palabras clave: Estados Unidos, coronavirus

Más de 100 000 estadounidenses han sucumbido frente al coronavirus en una pandemia que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, predijo una vez que "milagrosamente" desaparecería. Alguna vez incluso trató de calificar 100 000 muertes como "un muy buen trabajo". Sin embargo, en lugar de evaporarse, el virus infectó a 1,7 millones y mató a más de 100 000 personas. El hito sombrío marca uno de los momentos más oscuros en la historia del país.

La noticia es profundamente triste y personas de todo el mundo, incluida China, han expresado su simpatía por las víctimas del virus y sus familias.

Este tardó solo unos meses en convertirse en una de las peores tragedias de salud pública en la historia de Estados Unidos. El país cuenta con una población de 330 millones, menos del 5 % mundial, pero tiene, por mucho, el mayor número de casos y de fallecimientos en el planeta. Si bien hay muchos factores en juego detrás de tales cifras, uno de ellos fue el mal manejo de la crisis por la administración Trump.

Dada la creciente presión, el mandatario ha tratado de cambiar la narrativa. Recientemente, mencionó la trágica marca para expresar un "trabajo bien hecho" y su "rápida respuesta" a la crisis: "Para quienes me atacan, si no hubiera hecho bien mi labor, con tiempo, habría muerto de 1,5 a 2 millones de personas, en comparación con las más de 100 000 que parece ser el número. Es 15 a 20 veces más de lo que perderemos. ¡Bloqueé la entrada de China a tiempo!”, argumentó.

Trump luego trató de culpar a China nuevamente, escribiendo: "Una persona fallecida por este virus invisible es demasiado, debería haberse detenido en su origen, China, pero actué muy rápido y tomé las decisiones correctas".

El gobernante también arremetió contra los medios y sus rivales políticos por difundir "una nueva historia" en términos de una respuesta muy lenta al brote vírico.

Estados Unidos, el país más poderoso del planeta, con las tecnologías médicas más sofisticadas, no tuvo que echar por la borda tantas vidas. La administración Trump desperdició tiempo vital a medida que el virus avanzaba en el país. Según un estudio de la Universidad de Columbia, el Gobierno podría haber salvado al menos 36 000 vidas si hubiera impuesto bloqueos y distanciamiento social solo una semana antes.

Por donde lo mires, esta sombría marca es una derrota de proporciones épicas por parte de la administración Trump. En palabras de The New York Times, que recordaba a las víctimas mortales en la primera plana del periódico, la pérdida es "incalculable", lo que significa que es demasiado grande para estimarla. Imagine que la ciudad de Green Bay, en el estado de Wisconsin, dejara de existir en unos 3 meses.

En su discurso de toma de mando en enero de 2017, Trump usó el término "carnicería estadounidense" para describir el estado de la nación y prometió detenerla "aquí" y "ahora mismo". Sin embargo, la crisis del coronavirus muestra que su gestión está lejos de cumplir la promesa de salvar a Estados Unidos.

La pandemia fue una prueba global de gobernanza. La pandemia probó la capacidad de la administración actual para gobernar y no se puede evitar el hecho de que los políticos incompetentes y la estrategia de culpar a otros han causado decesos innecesarios, así como un desastre que quedará registrado en los anales de la historia como un gran fracaso.


   Google+