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spanish.china.org.cn | 28. 05. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

Ataque a Huawei alargará recesión económica en EE. UU.

Palabras clave: EE. UU., Huawei, recesión económica

A medida que el 3 de noviembre se acerca, la Casa Blanca, sumida en el desorden de su respuesta al COVID-19, vuelve a la carga contra China en un intento desesperado por desviar la atención de su incumplimiento del deber. En esa línea ha prohibido a Huawei comprar chips de semiconductores fabricados con tecnología estadounidense, como TSMC y Samsung.

Con dicho ataque y el seguimiento de su libro de jugadas electorales para desprestigiar a China, Trump espera quedarse otros 4 años en el poder.

Huawei es líder mundial en 4G y 5G y una de las compañías tecnológicas más prometedoras de China. No debe soportar el embate político de Washington.

Beijing ha dicho abiertamente que utilizará todos los medios necesarios para salvaguardar los derechos e intereses de la empresa. Fuentes confiables indicaron que las autoridades están preparadas para tomar acciones contra algunas de las principales firmas estadounidenses, al incluirlas en una lista negra comercial con restricción o suspensión de ventas en China.

En pocas palabras, la Casa Blanca quiere ganar un par de puntos políticos al intensificar una guerra tecnológica. China no debe dejar que Washington se salga con la suya. Al contraatacar con fuerza a los principales fabricantes de chips, dispositivos electrónicos y aviones estadounidenses, China puede traer problemas económicos a Estados Unidos al incrementar y prolongar su recesión actual.

Gran parte de lo que la administración Trump ha hecho para promover un enfrentamiento económico con Chinademostrará ser contraproducente para la economía estadounidense. Las perspectivas de reelección de Trump son cada vez más sombrías dada su desastrosa respuesta a la COVID-19 y su disputa comercial sin sentido. El acoplamiento de ambos es muy probable que anule su búsqueda de un segundo término.

Los logros de Huawei en 4G y 5G provienen de esfuerzos constantes y minuciosos en investigación y desarrollo de telecomunicaciones y tecnología de la información. No robó nada a Estados Unidos. Debido a una miríada de estándares 2G y 3G adoptados por Qualcomm y los ahora desaparecidos Motorola y Lucent, las empresas estadounidenses comenzaron a perder terreno frente a sus pares europeas y chinas en el desarrollo de una tecnología de banda ancha móvil más rápida, representada por las redes 4G y 5G.

Cortar los suministros de semiconductores de Huawei solo porque no hay una sola compañía estadounidense que ahora pueda competir con él es un movimiento siniestro. Eso es lo que más desencanta al público chino, que recientemente ha pedido un boicot a los productos y servicios estadounidenses.

El 22 de mayo, Washington colocó nuevamente a 33 empresas e instituciones en una lista negra, alegando vínculos con el ejército chino. Pero, obviamente, la medida representa el patrón de pensamiento de políticos estadounidenses: perjudicar a todas las firmas tecnológicas chinas porque ponen en peligro la supremacía tecnológica de Estados Unidos.

La medida de la Casa Blanca de prohibir radicalmente el suministro de Huawei amenaza con retrasar el despliegue de redes inalámbricas 5G ultrarrápidas a nivel mundial, ya que la compañía es ahora el mayor fabricante de equipos de telecomunicaciones del mundo. Los equipos, dispositivos y servicios de Huawei son utilizados por 4800 millones de personas en el planeta.

No es de extrañar que Huawei haya condenado a la Casa Blanca por ser "arbitraria y perniciosa". A la larga, dichoaccionar destruirá la confianza y la cooperación en el sector global de semiconductores, del que dependen muchos rubros. Aumentará el conflicto y causará estragos en estos sectores.

Queda por ver cómo se desarrollará la saga, pero el impacto económico negativo de este conflicto empeorará la situación en Estados Unidos. La crisis de COVID-19 en el país avanza por el impulso ciego de Trumpde reabrir la economía, lo que provocará más infecciones y muertes.

Según un informe, China invertirá un estimado de $ 1,4 trillones durante 6 años hasta el 2025 en altas tecnologías que incluyen internet de alta velocidad, robótica industrial, inteligencia artificial, computación cuántica, así como modernos sistemas de armamento y defensa.

Aunque Estados Unidos trate de contener este avance, una flotilla de compañías chinas, entre ellas Huawei, Alibaba y Tencent, podrán unirse a sus homólogos en Europa y Asia para explorar nuevos ámbitos de la ciencia y la tecnología. A medida que el enorme mercado chino continúe creciendo y abriéndose, es muy posible la cosecha colectiva de los beneficios económicos de sus innovaciones.


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