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spanish.china.org.cn | 11. 05. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

Enfoque en el virus y no en rivales geopolíticos

Palabras clave: Estados Unidos, virus, geopolítico

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump


Una vez más, un calculador Estados Unidos ha puesto sus propios intereses muy por encima de la cooperación internacional. Washington bloqueó el acuerdo sobre una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pide un alto al fuego global para abordar de manera colectiva la pandemia de coronavirus, que causa zozobra en el mundo.

El motivo es que Washington no desea referencia alguna, incluso implícita, a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el texto, ya que el país ha acusado a la entidad de una mala gestión en la respuesta inicial al virus y su enfoque exclusivo hacia China, afirmaciones que la OMS ha negado. Se citó a un diplomático diciendo: "Esta discusión se centra en cuestiones ajenas a los asuntos reales en juego".

Esta no es la primera vez que Estados Unidos frustra esfuerzos internacionales para combatir la pandemia. En la cumbre virtual del G20 en marzo y en una reunión del G7 en abril, la nación quedó aislada, mientras que otros respaldaron a la OMS y pidieron una respuesta internacional fuerte y coordinada.

La pandemia ha matado a más de 270 000 personas en el mundo, más de una cuarta parte de ellas estadounidenses. Todos esperan que el país norteamericano cumpla al menos un papel cooperativo, si no su rol tradicional de líder global, en esta coyuntura.

La administración Trumppolitiza el momento al priorizar intereses nacionales sobre la cooperación internacional, pese al llamado de la OMS a terminar con la politización del virus. Trump ya detuvo la financiación hacia la agencia internacional, convirtiéndola en un chivo expiatorio para distraer la atención pública de las fallas de su Gobierno en la gestión de la crisis sanitaria.

Estados Unidos nunca ha respetado realmente a las organizaciones internacionales y ha adoptado un enfoque indiferente justo en momentos de respuestas conjuntas. Desde su retiro del pacto climático de París, la paralización del Órgano de Apelación de la OMC, hasta el abandono del acuerdo nuclear con Irán, su mayor objetivo es maximizar sus propios intereses mediante la coerción y la politización.

A Washington no le importa cómo funcionan estos acuerdos y organizaciones en beneficio de la humanidad, sino si sirven al país. Si no lo hacen, es hora de atacarlos o desecharlos. Estados Unidos quiere una reorganización de las relaciones internacionales y los intereses mundiales basados en su propia voluntad, que se deriva simplemente de la arrogancia y la bravuconería. Su egoísmo manifestado por la doctrina de "América primero" de Trump, ha empañado la gobernanza global y los esfuerzos para luchar contra un enemigo común.

Trump está más que motivado en asegurar su reelección en noviembre que en salvar vidas. En año electoral, tanto republicanos como demócratas se abocan en politizar la pandemia y convertirla en una prueba de fuerza e influencia con China. Pero la lección que los Estados Unidos debería aprender de esta crisis es que la mayor amenaza que enfrenta no son sus rivales geopolíticos percibidos, como China, sino la naturaleza.


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