Cuando las elecciones ganan en importancia a la salud pública

La Casa Blanca está considerando la eliminación gradual de su grupo de trabajo sobre coronavirus, después de alentar a los estados a reabrir sus economías. Durante una entrevista el martes con ABC News, el presidente, Donald Trump, reconoció que "habrá más muertes" en los esfuerzos por reactivar la economía, pero, destacó, "tenemos que recuperar nuestro país".

Las próximas elecciones impulsan a la Casa Blanca a adoptar políticas radicales internas y externas. Asimismo, no puede y ha renunciado a controlar la epidemia. Cree que los resultados positivos que arrojen una economía en recuperación en la obtención de votos superan con creces el impacto negativo de más decesos.

Decenas de miles de estadounidenses están infectados y alrededor de 1000 pierden la vida diariamente. El equipo de campaña de Trump aprovecha la resistencia de la sociedad estadounidense a esta situación y planea dejar que continúe. Apuesta a que el pico de fallecimientos aparecerá después de los comicios el 3 de noviembre. En ese caso, no habrá un efecto político grave, sin importar cuántos mueran.

Además, están apostando. Piensan que la historia perdonará sus delitos, y como la reanudación de la economía puede mantener al país fuerte, no cargaran con la culpa de la muerte de grupos vulnerables a largo plazo. Por lo tanto, no tienen nada que temer. La democracia al estilo estadounidense no ha renunciado a su crueldad;todo lo contrario, se ha entregado a ella.

Washington juega la carta de "responsabilizar a China" en el escenario internacional. Hace todo lo posible para incitar el resentimiento de su pueblo contra China. Además, difunde rumores de que el coronavirus fue creado en un laboratorio en Wuhan, algo que los científicos de todo el mundo rechaza, la administración Trump también ha llamado y amenazado a los aliados de Estados Unidos para quesigan esta línea. Con el fin de ganar la reelección, el equipo de Trump ha socavado la solidaridad y la cooperación mundial para combatir la pandemia, atacó a la OMS que evalúa de manera justa la labor de control epidémico de China y ha incrementado las tensiones entre las principales potencias. Trae incertidumbre a las relaciones internacionales, algo no visto desde el fin de la Guerra Fría.

Las elecciones es un paso importante de la democracia occidental, pero en estos momentos tiene un efecto devastador. Amenaza la vida de un gran número de estadounidenses, así como la estabilidad y la paz a nivel mundial. Ya no es un proceso que respeta la voluntad del pueblo, sino una manipulación maliciosa de la opinión pública. Estados Unidos ha sido secuestrado por los intereses de las élites del partido republicano, con el consiguiente sacrificio del bienestar de las personas del planeta. Esto es una verdadera tragedia.

¿Es realmente el propósito original de la democracia? Es una traición descarada de ella. Históricamente, muchos han sido los ejemplos negativos en su nombre. Sorprendentemente, la democracia estadounidense está degenerando a tal grado que permite que un Gobierno que busca la reelección se oponga abiertamente a la moralidad básica de la sociedad humana.

Los comicios han desgarrado a la sociedad. ¿Hay algún consenso en Estados Unidos ahora? ¿El llamado del partido demócrata para responsabilizar al presidente es una acción derivada de la justicia? Incluso el pueblo chino sabe que si un funcionario de salud de un estado estadounidense revela los errores del gobierno federal en la lucha epidémica, es mejor verificar si se trata de uno demócrata.

Prevenir más muertes es la principal misión del humanitarismo y de la moralidad. Pero no en los Estados Unidos. Más de 70 000 fallecimientos muestran el fracaso de Washington en la lucha contra el virus. Sin embargo, ese sentido común ya no tiene cabida en el país. Es una pena que el proceso electoral estadounidense eche por tierra a las fuerzas políticas en un momento histórico y vulnere de manera trágica los valores sociales.