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spanish.china.org.cn | 05. 05. 2020 | Editor: Texto

Enfoque de China: ¿Qué marca la diferencia en la tasa de mortalidad de COVID-19? Lecciones más allá de las matemáticas

Palabras clave: China,Salud,COVID-19,MORTALIDAD

BEIJING, 4 may (Xinhua) -- Mientras los gobiernos de todo el mundo corren contra reloj para contener la neumonía COVID-19 en su propio territorio, el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, encuentra consuelo en acusaciones sobre el número de fallecidos en diferentes países.

En una polémica conferencia de prensa en abril en la Casa Blanca, el mandatario insinuó que China no había informado de las muertes que sufrió por el brote de coronavirus, citando la tasa de mortalidad del país asiático de 0,33 por cada 100.000 personas. "¿Alguien realmente cree en estas cifras?", dijo Trump.

Aunque la población de China es más de cuatro veces mayor que la de Estados Unidos, el número de muertes por COVID-19 en el país fue inferior al 10 por ciento de EE.UU.

China reportaba un total de 4.642 muertes por el coronavirus hasta el 24 de abril, en comparación con las 49.954 en Estados Unidos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Universidad Johns Hopkins.

TASAS DE MORTALIDAD DIFERENTES

¿Qué significa la tasa de mortalidad? ¿Por qué varía en diferentes países?

Según los análisis de la Universidad Johns Hopkins, la tasa de mortalidad por cada 100.000 personas en Estados Unidos era de 15,27 hasta el 24 de abril, en comparación con solo 0,33 en China.

Impulsada por el aumento de los fallecidos, la tasa de mortalidad por cada 100.000 personas mide la gravedad del brote que enfrenta la totalidad de la población de un país.

Si dos naciones tienen el mismo número de muertos, la tasa de mortalidad por cada 100.000 personas sera menor para el país con una población mayor.

Esa es una de las razones por las que el indicador en China, un país con más de 1.400 millones de habitantes, se ha mantenido en 0,33.

China fue la primera en sufrir el brote y un análisis más detallado en desglose muestra que la tasa de mortalidad por cada 100.000 personas también cambia en sus diferentes regiones.

Tomando como ejemplo la ciudad más afectada del país, Wuhan, sus hospitales se vieron abrumados por un gran número de pacientes infectados en las primeras etapas del brote, que se detectó por primera vez a finales de diciembre de 2019, una realidad que se repitió en muchos países occidentales.

Con una población de más de 11 millones, la capital de la provincia central de Hubei registraba hasta el 23 de abril una tasa de mortalidad de 35,17 por cada 100.000 personas.

Por su parte, el indicador en la provincia de Hubei, con más de 59 millones de habitantes, se situó en alrededor de 7,6, en comparación con 0,33 en todo el país, según datos de la Comisión Nacional de Salud (CNS) de China.

Gracias a las resultas medidas aplicadas, incluyendo el estricto aislamiento de Wuhan durante 76 días, el brote de coronavirus en China se contuvo en gran medida en Hubei.

La provincia asumió el 97,4 por ciento de las muertes y el 82,3 por ciento de los casos confirmados en la parte continental del país.

Entretanto, la tasa de letalidad se calcula dividiendo las muertes totales por el número de casos confirmados. Este indicador se usa ampliamente para reflejar tanto la gravedad del brote como la efectividad en el tratamiento de pacientes.

Bélgica, Francia, Reino Unido, Italia, Países Bajos, España, Irán, Estados Unidos, China y Alemania fueron calificados por la Universidad Johns Hopkins como los 10 principales países con mayor cantidad de muertes en relación con sus casos de COVID-19.

La proporción en los Estados Unidos fue de 5,7 por ciento y en China de 5,5 por ciento hasta el 24 de abril.

A nivel mundial, la proporción de muertes por infecciones era de aproximadamente 6,9 por ciento hasta el 22 de abril, con 175.694 fallecimientos y más de 2,54 millones de casos confirmados a nivel internacional, según datos de la OMS.

Eso significa que ha muerto alrededor del 6,9 por ciento de las personas que se sabe que están infectadas por el coronavirus en todo el mundo, lo que subraya cuán mortal es dicho virus.

LECCIONES MÁS ALLÁ DE LAS MATEMÁTICAS

¿Qué hace la diferencia para que se manifiesten tales variaciones en los indicadores de mortalidad? ¿Qué ha hecho bien China para controlar la neumonía COVID-19?

Las variables que marcan la diferencia son una serie de medidas decisivas tomadas por el Gobierno chino desde fines de enero, explicó recientemente el funcionario de la CNS, Jiao Yahui.

Dichas acciones incluyen la estricta política de cuarentena, el envío de profesionales médicos de todo el país a Hubei, la construcción de hospitales provisionales, el tratamiento de pacientes en condiciones graves con los mejores recursos del país y el uso integral de la medicina tradicional china (MTC), señaló Jiao.

Estas medidas han ayudado a China a aplanar la curva de infección y en gran medida contener los contagios dentro de la provincia de Hubei, añadió.

AISLAMIENTO TOTAL DE WUHAN Y RESPUESTA NACIONAL

China comenzó el aislamiento de 76 días de los canales de salida en Wuhan el 23 de enero como parte de sus esfuerzos de respuesta de emergencia a nivel nacional. La situación comenzó a mejorar posteriormente.

El Gobierno central asignó y transfirió fondos a Hubei y reunió recursos de otras partes del país para garantizar la vida normal de los residentes locales en Wuhan y la provincia en general.

El uso o no de mascarillas faciales marcó una gran diferencia para evitar que las personas sanas, particularmente los médicos, contrajesen la neumonía COVID-19, explicó Wang Xinghuan, presidente del Hospital Zhongnan de la Universidad de Wuhan.

Ninguno de esos médicos que usaban mascarillas mientras trataban a los pacientes en el hospital resultaron infectados, pero algunos profesionales sanitarios de departamentos que no enfrentaban directamente la enfermedad, quien no habían usado mascarillas, resultaron contagiados en la etapa temprana del brote, detalló Wang.

Colocar a los pacientes con síntomas leves bajo aislamiento en el hogar podría transmitir el virus a más miembros de la familia, indicó el experto.

En ese sentido, citó las lecciones aprendidas en Wuhan al informar muchos casos en que un paciente infectó a tres, cinco o seis miembros de la familia en los primeros días del brote.

Para resolver este problema, la ciudad convirtió instalaciones públicas, incluidos gimnasios y centros de exhibición, en 16 hospitales temporales que ayudaron a poner en cuarentena a los pacientes con síntomas leves.

También se construyeron desde cero dos hospitales, Huoshenshan y Leishenshan, en cera de dos semanas entre fines de enero y principios de febrero, con el objetivo de tratar a pacientes de COVID-19 y aliviar la situación en los abrumados centros de salud locales.

Enfrentando el gran desafío de los agotados recursos médicos, más de 42.000 médicos de todo el país fueron reunidos y enviados a Hubei para ayudar a tratar a los pacientes con coronavirus.

Durante el período pico de la epidemia, Wuhan contaba con un total de 60.000 camas de hospital para satisfacer la creciente demanda de recursos médicos.

"Esta es una de las razones por las que tenemos una tasa de curación de pacientes bastante alta y una tasa de mortalidad baja", señaló Jiao.

El funcionario de la CNS agregó que la pronta intervención de la MTC en todo el proceso de tratamiento ha demostrado ser especialmente efectiva para aliviar los síntomas tempranos y acortar el tiempo que los pacientes necesitaban para obtener resultados negativos en las pruebas de coronavirus.

DIFERENTES REGIONES, DIFERENTES MEDIDAS

El aislamiento total de Wuhan y las medidas nacionales de respuesta de emergencia han ayudado a reducir los casos confirmados en otras ciudades chinas en un 96 por ciento en relación con lo esperado.

Así lo explicó Zhang Wenhong, jefe del Centro de Enfermedades Infecciosas del Hospital Huashan de la Universidad Fudan, con sede en Shanghai, durante un seminario organizado recientemente vía internet entre profesionales médicos chinos y estadounidenses.

Muchas provincias, municipios y regiones autónomas aplicaron rápidamente el nivel superior del sistema de alerta de salud pública que involucra al Gobierno, las instalaciones médicas y la comunidad, tras el inicio del aislamiento de Wuhan.

En otras partes de China, donde la epidemia se encontraba en diferentes etapas, se adoptaron estrategias de desaceleración, cierre o aislamiento para aquellos en la etapa temprana, etapa progresiva y etapa de brote, respectivamente, explicó Zhang.

Medidas de desaceleración, como pruebas, rastreo, distanciamiento social y hospitalización de pacientes, se adoptaron en regiones como Shanghai.

Medidas de cierre, incluidas las pruebas, el rastreo, la orden de permanencia en el hogar para personas sanas y el cierre de sitios recreativos, se aplicaron en regiones en la etapa progresiva; mientras se adoptaron medidas de aislamiento en Wuhan y otras ciudades de Hubei para romper la cadena de transmisión.

En el seminario web conjunto China-Estados Unidos, Zhang compartió en cinco puntos la experiencia de China en el control sanitario y de salud de la epidemia: todos los casos sospechosos fueron probados dos veces por los centros de control de enfermedades y salud pública; todos los pacientes diagnosticados fueron ingresados en hospitales designados; todas las pruebas de ácido nucleico y tratamientos fueron gratuitos; todos los pacientes fueron rastreados y puestos en cuarentena, y en las regiones epidémicas, la cadena de transmisión se rompió y se establecieron modelos de refugios temporales.

Las duras medidas de China para detener la propagación del coronavirus en los primeros 50 días de epidemia en Wuhan le dieron a otras ciudades de todo el país un tiempo valioso para prepararse y aplicar sus propias restricciones, según un documento publicado a fines de marzo en la revista Science por investigadores de China, Estados Unidos y Reino Unido.

Para el 19 de febrero había 30.000 casos confirmados en China, apuntó el experto de Oxford Christopher Dye, coautor del artículo. "Nuestro análisis sugiere que sin la prohibición de viajar de Wuhan y la respuesta de emergencia nacional, habría habido más de 700.000 casos confirmados de COVID-19 fuera de Wuhan hacia esa fecha", refirió.

"Las medidas de control de China parecen haber funcionado rompiendo con éxito la cadena de transmisión, evitando el contacto entre personas infecciosas y susceptibles", afirmó el experto. Fin

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