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spanish.china.org.cn | 30. 04. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

COVID-19 como transformadora de consumo y negocios

Palabras clave: COVID-19, consumo, negocio

El ministro de Finanzas de los Países Bajos, Wopke Hoekstra, durante una videoconferencia con sus similares de la UE en La Haya, Países Bajos, el martes, durante el debate sobre los efectos económicos de la COVID-19.


¿Cómo será el panorama económico y social en un mundo pospandémico? ¿Cambiará el patrón de comportamiento del consumidor y el de las compañías una vez superada la crisis sanitaria e iniciado el proceso de restauración?


Más producción local

La pandemia de COVID-19 ha puesto en relieve riesgos inherentes a la dependencia de fuentes de producción lejanas y la carencia de una red de proveedores diversificada.

La necesidad de cercanía y diversidad es evidente tanto para las empresas que dependen de componentes de entrega oportuna como para los gobiernos que reconocen el peligro de estar bajo el yugo de productores foráneos para bienes básicos, de medicamentos a microchips Las firmas también pueden considerar almacenar una mayor cantidad de partes vitales.

Es poco probable que la pandemia revierta la globalización, y el comercio internacional continuará. Sin embargo, incluso antes del brote, el proteccionismo ya estaba en aumento. En muchos sentidos, la crisis actual acentúa el argumento de una producción nacional, o al menos en los países vecinos, de bienes críticos, y presiona al sector privado a diversificar asimismo sus líneas de suministro.


Opciones de viaje más flexibles

Las últimas semanas le han dado al mundo un curso intensivo de reuniones virtuales y teletrabajo. Una vez que la pandemia retroceda, para muchas personas regresar a la oficina y reconectarse con colegas y clientes será un gran alivio. Así, en varios sectores de servicio, empleados y empleadores han despertado ante la posibilidad de laborar desde casa u otro lugar.

Una vez que se abran las oficinas, el mundo alcanzará un nuevo equilibrio con más personas trabajando desde casa que antes o en ciertas jornadas y menos vehículos y pasajeros de transporte público. Esto repercute en la demanda energética de los centros de trabajo. Estos y los viajes diarios seguramente no desaparecerán, pero la crisis impondrá un camino diferente y una relación distinta entre la vida laboral y personal.


Menos viajes de negocios

¿Cuántos viajes de negocios son realmente necesarios? ¿Cuánto de lo que se logra en uno de ellos puede conseguirse con tecnologías de comunicación como reuniones virtuales? Ciertamente, existen argumentos a favor de los encuentros físicos y del trabajo en grupo. Estos facilitan una comunicación que las mejores tecnologías no pueden igualar. Cuando se considere seguro viajar de nuevo, estos desplazamientos volverán. Pero, ¿cuánto tiempo llevará alcanzar los niveles de 2019? No será rápido. Al igual que los alquileres de oficina, los viajes de negocios son otro gasto importante de las compañías. Además de ser oneroso para los empresarios, los viajes de trabajo consumen mucho tiempo. Si la economía global se recupera lentamente, puede provocar un repunte anémico para las aerolíneas y los hoteles dirigidos a este colectivo, y también afectar el uso de energía.


Reinado del comercio minorista en línea

Antes del brote, la mayoría de consumidores tenían la opción de comprar artículos en tiendas físicas u optar por la entrega en línea. Ahora, con el cierre de locales en varias partes del mundo, el pedido por internet puede ser la única opción para una serie de productos.

Incluso antes de la pandemia, el comercio minorista tradicional enfrentaba grandes desafíos. Este no dejará de existir, pero al igual que las tasas de alquiler nunca tomaron vuelo por completo de la crisis financiera mundial, los propietarios pueden tener aún más dificultades para encontrar inquilinosen centros comerciales esta vez. Además, la naturaleza de la venta al por menor también podría estar cambiando de locales físicos de compras a solo salas de exhibición para la muestra del producto adquirido luego en línea. Este cambio de centros de beneficio a espacios de exposición puede tener grandes implicaciones en la disposición y capacidad de los propietarios en el pago de renta.


Aumento de tenencias en efectivo

El cierre de grandes segmentos de la economía global ha puesto en prueba la las redes de seguridad social como nunca antes. Muchas naciones han ampliado los beneficios de desempleo a quienes tradicionalmente no estaban cubiertos,  han ofrecido subvenciones a empleadores para compensar a la fuerza laboral en licencia yha brindado asistencia con los alquileres. Aun así, varios pueden concluir que tener más efectivo es la mejor protección contra futuras interrupciones inesperadas. Esa fue la conclusión a la que llegaron después de la crisis financiera mundial. Con la actual, la tasa de ahorros podría elevarse aún más.

A medida que la deuda pública crece, la del sector privado podría desvanecerse. Además, esta tendencia podría no estar limitada a los hogares. En lugar de pedir prestado dinero para recomprar acciones o pagar dividendos, se podría retener una mayor parte de las ganancias corporativas. Parte del incremento en la deuda pública podría compensarse con una eventual caída en los índices de deuda de hogares y empresas.

Una vez que la actual crisis mundial ceda, muchas cosas volverán a la normalidad. La actividad de importación y exportación retomará su curso. Las tiendas volverán a abrir. La gente regresará a las oficinas y se reanudarán los viajes de negocios. Sin embargo, el comportamiento típico en 2021 o 2022 puede que difiera de lo que parecía ser la norma a inicios de 2020.


El autor es economista principal en el Grupo CME.


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