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spanish.china.org.cn | 29. 04. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

El pueblo será la mayor víctima del accionar de Trump

Palabras clave: COVID-19, Estados Unidos

La campaña "responsabilizar a China" continúa su ascenso en Estados Unidos. El lunes el presidente Donald Trump dijo que el país investiga "muy seriamente" a China. Su administración solicitará una compensación superior a los $ 140 000 millones de Alemania por daños relacionados con la COVID-19.

Como era de esperar, a medida que las elecciones presidenciales se acercan, existían pocas dudas que la Casa Blanca exagerara su pedido público hacia China, a fin de incrementar el sentimiento contra la nación asiática y confundir al pueblo estadounidense, en un intento por bajar los ánimos de la campaña del Partido Demócrata que busca responsabilizar a Trump por la epidemia interna.

Es una forma de vandalismo político que se ajusta a asesores combativos en el entorno de Trump, que generalmente van más allá de los límites. Asimismo, va en línea con la creciente ansiedad entre los encargados de las políticas en Estados Unidos sobre el auge de China, lo que hace que ese comportamiento sea atractivo entre la prensa local.

Las acciones de Washington agravarían severamente el caos de las relaciones internacionales y servirían como un golpe adicional para los lazos entre China y Estados Unidos. Pero eso no preocupa al equipo de Trump, cuyo único propósito es establecer la agenda y dominar los debates antes de los comicios al incitar la ira contra China mientras diluye sus propios errores.

La respuesta estadounidense a la epidemia es, sin duda, una de las peores del mundo. Si bien las poderosas élites deberían asumir una responsabilidad ineludible, el accionar de la administración Trump resulta ser en gran parte culpable.

Las instituciones médicas federales y el presidente aún deben determinar el origen de la crisis en el país. El hallazgo de que la primera muerte por COVID-19 fue en Santa Clara el 6 de febrero, ha reescrito la línea de tiempo de la propagación del virus y revela además que el Gobierno no supo nada sobre su expansión silenciosa ni tomó medida preventiva alguna. Esto es imperdonable.

Las revelaciones de los medios muestran que la Casa Blanca rechazó varios informes que intentaron alertar sobre el nuevo coronavirus en la etapa temprana de la epidemia. Si la Casa Blanca fuera acusada por incumplimiento de debera partir de esta evidencia, ningún tribunal podría desestimar el caso.

Después de que la COVID-19 estallara en muchos lugares del mundo, Trump y altos funcionarios del gobierno federal bajaron la guardia del pueblo estadounidense al declarar públicamente que todo estaba controlado en el país y que los riesgos eran mínimos. Las acciones de prevención y control también fueron lentas. Esto califica como una actividad ilícita.

El Gobierno afirma actualmente que China ha ocultado datos y crea disputas entre ambas naciones para desviar la atención pública de la lucha doméstica contra la COVID-19. Estas son infracciones continuas. Aún más de 1000 estadounidenses pierden la vida todos los días. El gobierno federal es la principal  fuerza que impide la reflexión entre su gente y la corrección de prácticas erróneas.

De hecho, sus problemas no son del todo culpa del gobierno federal. El sistema ha llevado a la descentralización del poder. El Partido Demócrata ha atacado al mandatario en el marco de las elecciones y ha descuidado la situación general. Los dos partidos y los principales políticos estadounidenses no tienen intención de cooperar en combatir el mal. Todo loque hacen es utilizar la coyuntura para atacarse y sacar provecho.

La epidemia refleja defectos sorprendentes del Gobierno de Estados Unidos. Además, nos demuestra cuán irresponsables y egoístas son algunos de sus principales políticos. En un ambiente tal cual, el país más poderoso del mundo en el campo de la medicina, se ha convertido en la mayor víctima del COVID-19.

Estados Unidos podría seguir pasando la factura a China. Esto puede causar algunas dificultades a Beijing y beneficiar políticamente a la administración Trump. Aun así, la consecuencia es que más estadounidenses pagarán con sus vidas, y la economía del país sufrirá pérdidas a largo plazo. Lamentablemente, sólo el tiempo lo dirá.


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