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spanish.china.org.cn | 28. 04. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

La fortaleza del sistema chino en la lucha contra el virus

Palabras clave: COVID-19, China

Miembros del equipo médico de la provincia de Hainan en el sur de China posan en el Aeropuerto Internacional Tianhe de Wuhan antes de partir.


Los países han respondido de manera diferente a la pandemia de COVID-19. En comparación con otros, China ha controlado su propagación en un tiempo relativamente corto. Algunos en Occidente siempre la han considerado como un rival político y han sentido el poder de su sistema en este contexto. Como resultado, afirman que su modelo es una amenaza política para el mundo y proponen contener aún más su ascenso. Por ejemplo, Tom Tugendhat, del Partido Conservador británico, dijo que Gran Bretaña necesita comprender mejor las ambiciones económicas y el rol global de China cuando finalice la pandemia.

Pero primero, el auge de China no puede parar. Su desarrollo ha dado pie a un proceso sólido. Ya sea por desacoplamiento o contención, Occidente no puede detenerlo. Su ascenso ha sido bien recibido por muchos porque su avance también les ha brindado oportunidades. Las naciones occidentales no pueden dejar de lado los dividendos que ha traído este despertar.

En segundo lugar, cabe resaltar que China sigue siendo un país en desarrollo. Sus ventajas en la lucha contra la COVID-19 han quedado demostradas, y su productividad ha garantizado el suministro de máscaras y otros productos médicos de manera oportuna. Sin embargo, no hay que ser complaciente. La prevención y el control del virus no significa que haya superado ampliamente a Estados Unidos. Todavía necesita mejorar en muchos aspectos, incluida la salud pública y la industria de alto valor agregado. Al fortalecerse, China podrá resistir la presión del mundo exterior.

En tercer lugar, China debe mostrarle al mundo que es una potencia responsable y continuar promoviendo la cooperación. Aunque esto puede ser difícil debido al creciente populismo y al rechazo a la globalización en el mundo, debe hacer todo lo posible. Por ejemplo, durante el período crítico de la lucha contra el COVID-19, China destacó el establecimiento de una Ruta de la Seda de la Salud, lo que revela su disposición a mejorar este sector junto con otros países. Asimismo, busca la colaboración en otros campos, porque el desarrollo mundial requiere de China y esta a su vez también necesita del mundo.

Cuarto, debe ser consciente de que Estados Unidos puede ejercer más presión sobre ella. Algunos políticos siempre han estado hablando mal y reprimiendo a la nación, y se han vuelto aún más agresivos después del COVID-19. Han aparecido signos de separación entre ambas naciones en el comercio, tecnología, ideología y academia. Al enfrentar tal golpe, China debe proteger firmemente el resultado final y desempeñar un papel global.

China ha demostrado su capacidad de movilización y gestión durante la epidemia. Ha subvertido la creencia de algunos en Occidente de que su modelo es el único correcto para todos y, por lo tanto, resulta difícil aceptar el chino. El freno a China será cada vez más feroz. Sin embargo, será en vano y la historia demostrará que su ascenso es imparable.


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