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spanish.china.org.cn | 20. 04. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

Ayuda extranjera de China despierta críticas en occidente, pero "no ayudar" no es una opción

Palabras clave: ayuda extranjera, coronavirus

Un vuelo de carga de Ethiopian Airlines lleno de suministros médicos donados a África por la Fundación Jack Ma y la Fundación Alibaba llega a Addis Abeba, Etiopía, 22 de marzo de 2020.


Mientras China está ayudando a los países devastados por la nueva pandemia de coronavirus con kits de prueba, equipos de protección y otra ayuda médica crítica para combatir la enfermedad, algunos medios de comunicación y observadores occidentales han acusado a Beijing de ejercer la "diplomacia de coronavirus" para expandir su influencia y llenar el vacío de liderazgo dejado por los Estados Unidos.

Como si fuera poco, en China, voces también piden al país que reduzca su asistencia extranjera relacionada con el coronavirus. Para nadie es un secreto que varios sectores de la sociedad se preguntan por qué China sigue haciendo un trabajo que solamente ha recibido como pago acusaciones infundadas e interpretaciones distorsionadas sobre los motivos de China. Sin embargo, si China realmente retrocede, eso iría en contra del espíritu de humanitarismo indispensable en una potencia global responsable.

China no puede quedarse de brazos cruzados y no mostrar simpatía por los países afectados por la pandemia de coronavirus. Cuando la epidemia estaba en su apogeo en China, muchos países y regiones ofrecieron ayuda oportuna y muy necesaria a China, y el pueblo chino lo tomó como lo que era: un puro gesto de buena voluntad.

Hasta el domingo, el mortal coronavirus ha infectado a más de 2,3 millones de personas en todo el mundo, cobrando más de 160.000 vidas. Como muchos países devastados por la epidemia se han visto atrapados en un dilema de riesgos crecientes pero suministros médicos inadecuados, China debería ampliar su ayuda tanto como sea posible. Cualquier país que tenga la capacidad de ayudar en esta coyuntura crítica debería actuar como lo está haciendo China, sin miramientos políticos. El coronavirus es un enemigo común de todas las personas y ningún país puede tratarlo solo.

Es cierto que ofrecer asistencia humanitaria inevitablemente aumentará el flujo hacia los proveedores. Es normal que las personas elogien y recuerden a aquellos que los ayudan en necesidad. Al proporcionar ayuda oportuna a los países en dificultades, se podría mejorar la influencia internacional de China como resultado meramente espontáneo. Es precisamente dicho resultado lo que tiene con los nervios de punta a quienes están atrapados en una mentalidad geopolítica. Les preocupa que, a través de la ayuda, el país se esté acercando deliberadamente a los destinatarios, atrayéndolos al campamento de China. Al ver a China como un rival ideológico, interpretan cada maniobra del gigante asiático desde la perspectiva geopolítica y lo consideran una amenaza para el bando occidental.

El humanitarismo debe trascender la geopolítica y la política. China está acostumbrada a que los ojos occidentales se hagan los ciegos ante el esfuerzo generoso de China, pero deben entender que los pacientes son inocentes. La pandemia de coronavirus es un grave desastre humanitario. China fue uno de los primeros países en sufrir y controlar la epidemia y, para salvar vidas, Beijing tiene la responsabilidad de ofrecer asistencia médica a los países devastados por el coronavirus. Cualquier poder global responsable que priorice la vida de las personas tomaría la misma decisión de ayudar.

En el futuro, China debería intensificar sus esfuerzos para proporcionar ayuda extranjera. Debería ayudar a los países en desarrollo con sistemas de salud relativamente débiles a garantizar que los suministros médicos se envíen a quienes más los necesitan. Beijing también debería dar carta blanca a organizaciones no gubernamentales y empresas como la Fundación Jack Ma y la Fundación Alibaba. Las dos fundaciones han donado una cantidad considerable de suministros médicos esenciales a 150 países, regiones y organizaciones internacionales hasta el momento.

No solo el gobierno chino sino también las ONG y empresas chinas han ofrecido ayuda a los países afectados por virus. China solo ganará más comprensión y apoyo a medida que continúe sus esfuerzos para ayudar a otros.


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