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spanish.china.org.cn | 13. 04. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

Los milagros de China más allá del sesgo occidental

Palabras clave: China, COVID-19

Derek Scissors, académico del Instituto Estadounidense Empresarial, publicó una investigación el 7 de abril, en donde estima que "el número de casos de COVID-19 en China fuera de la provincia de Hubei alcanzó los 2,9 millones". En vista de los datos reales, alrededor de 15 000 fuera de Hubei y poco más de 82 000 en todo el país, su conclusión es indignante.

Al aplicar "cifras sobre la tasa de infección de los migrantes y el tiempo en circulación antes del cierre nacional" de otros países, como Corea del Sur e Italia, llega a la conclusión de que una gran cantidad de personas en China contrajo el virus antes del cierre de Wuhan.

Pero lo ridículo es que Scissors es un experto en "las economías china e india y las relaciones económicas de Estados Unidos con Asia". ¿Cuánto sabe un economista sobre una fuente de transmisión de virus y rutas en los primeros días? ¿Ha estudiado la situación específica de China en ese momento? Su cálculo se basa solo suposiciones y no tiene credibilidad.

La retórica que acusa a China de ocultar la verdad ya se ha convertido en un cliché. Estos supuestos especialistas en Estados Unidos, como Scissors, siempre alegan que China está equivocada o que no es confiable, y luego se esfuerzan por demostrar dicha conclusión con evidencia ambigua y una lógica tergiversada. Están acostumbrados a fijar sus ojos en historias ficticias sobre China, pero pocos están dispuestos a aprender sobre lo que realmente está sucediendo en el país.

Mientras informa sobre el estudio de Scissors, Radio Free Asia, una agencia de noticias financiada por Washington, comenta, con tono irónico, que sería un milagro si los datos de COVID-19 brindados por el gobierno chino fueran ciertos.

Para Estados Unidos, un país que ha dejado que la epidemia se descontrole a pesar de las claras advertencias enviadas por China, la lucha antivírica de ella es un milagro. Pero para China, el resultado parece absolutamente normal y merecido en vista del fuerte sentido de responsabilidad del Gobierno por la vida de las personas, la gran capacidad de movilización del sistema y la firme voluntad del pueblo chino de apoyar las medidas de contención. En ninguna parte esto podría funcionar como lo hace en China, por lo que aplicar modelos de otros paísesno tiene sentido.

China ha estado haciendo milagros en las últimas décadas gracias al enorme esfuerzo del Gobierno y de su gente. Desde la política de reforma y apertura, ha crecido hasta convertirse rápidamente en la segunda economía más grande del mundo y ha sacado a cientos de millones de personas de la pobreza extrema. Quizás para Estados Unidos, todo esto no es convincente y debe considerarse como "milagros".

Es posible que necesiten reflexionar sobre sí mismos. China se está desarrollando y también la mentalidad de algunos académicos estadounidenses. Deben dejar de lado prejuicios inherentes y anticuados contra el país asiático y evitar tomar su propia imaginación como realidad.

Su falta de comprensión y confianza en China, derivadas de prejuicios y arrogancia, ya ha afectado negativamente a la nación norteamericana, como el fracaso de la administración en la toma de medidas oportunas para hacer frente al virus. Por lo tanto, es hora que acepte el hecho: China realmente está haciendo milagros, y de seguro hará más. Darse cuenta de esta realidad beneficiará a Estados Unidos y a las relaciones chino-estadounidenses.


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