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spanish.china.org.cn | 09. 04. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

Washington encuentra en la OMS a un nuevo chivo expiatorio

Palabras clave: Estados Unidos, OMS, COVID-19

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, criticó el martes a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por "haberse equivocado en muchas cosas" y acusó a la agencia, en gran parte financiada por el país norteamericano, de estar "enfocada en China". El mandatario se jactó de que, afortunadamente, rechazó sus consejos acerca de mantener las fronteras abiertas a China desde el principio y amenazó con "un mayor control" sobre los aportes de su gobierno a las arcas de la agencia, luego retrocedió y dijo: "No digo que lo vaya a hacer, pero lo veremos".

Washington ha encontrado un nuevo chivo expiatorio de su mal manejo de la pandemia de COVID-19, esa es la primera reacción de muchas personas frente a sus comentarios.

Obviamente, el trabajo de la OMS no es perfecto. Pero son los gobiernos de los países soberanos los que tienen la responsabilidad principal de combatir la pandemia y la organización solo desempeña un papel de promotor y coordinador. Esto es evidente para todos. Ante el mismo virus y las mismas recomendaciones de la OMS, algunos países han hecho un buen trabajo, mientras que la respuesta de Estados Unidos ha sido una de las peores del mundo. Los culpables son los que lideran a los estadounidenses en esta lucha.

La OMS emitió advertencias generales a mediados de enero y declaró el nuevo brote una emergencia internacional de salud pública el 30 de enero. A raíz de ello, Washington decidió restringir la entrada de ciudadanos chinos, pese a que la entidad desaconsejó la aplicación de prohibiciones de viaje.

La Casa Blanca pensó que el país estaría seguro al tomar tal acción, ignoró por completo las advertencias de los expertos, no hizo nada para supervisar y prevenir la propagación del virus en sus comunidades y no se preparó para la lucha epidémica. Estos son sus mayores errores. Estados Unidos hizo de la vista gorda ante los riesgos y no escuchó las advertencias de todo el mundo hasta que el país tuvo que pagar el precio.

Otras naciones occidentales también acusaron a la OMS ante sus elogios por las medidas de China, como el bloqueo de Wuhan. Gran parte de la crítica contiene aspectos ideológicos. En retrospectiva, ¿China no actuó bien al cerrar Wuhan e implementar una estricta cuarentena?

La propagación del virus quedó rápidamente trunca en las regiones cercanas a Wuhan, mientras que en Estados Unidos y Europa, lejos del epicentro, sintieron el gran impacto del mismo uno por uno. ¿La lucha de China contra el brote del COVID-19 no merece el apoyo de la OMS?

Washington y los grupos progubernamentales en el Congreso tienen la responsabilidad ineludible de haber subestimado el virus. Han arruinado su lucha en el país y ahora necesitan desesperadamente encontrar un chivo expiatorio para evitar ser recordados como una mancha en la historia. Primero, culparon a China y ahora a la OMS.

Los medios estadounidenses han revelado que la Casa Blanca fue advertida en enero del riesgo de una epidemia. El asesor comercial Peter Navarro estimó que la crisis podría costar billones de dólares a fines de enero. Pero todo esto ha sido rechazado por la Casa Blanca.

Negarse a reflexionar representa una amenaza para la futura lucha epidémica. Si esto continúa, la situación podría empeorar y la enfermedad convertirse en un desafío a largo plazo, muy doloroso para su economía, arrastrando con ello al mundo dado el especial estatus internacional del país.

Washington debería poner fin a sus juegos políticos de doble rasero porque no lo ayudan a combatir el coronavirus. Solo reduciendo efectivamente los efectos negativos para su pueblo, los políticos estadounidenses podrán finalmente recuperar el terreno perdido.


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