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spanish.china.org.cn | 30. 03. 2020 | Editor:Eva Yu Texto

Bolsonaro desestima totalmente la amenaza de COVID-19 en Brasil

Palabras clave: COVID-19 en Brasil

 

 

Mientras el mundo trata desesperadamente de enfrentar la pandemia de coronavirus, el presidente de Brasil está haciendo todo lo posible para minimizarlo.

“Hay muertes, pero eso depende de Dios” fue el mensaje que el presidente del país suramericano dio a la principal economía del continente.

Jair Bolsonaro decidió nadar en contra de los consejos de su propio ministerio de salud a principios de marzo, y mientras esperaba los resultados de una segunda prueba de coronavirus, dejó el autoaislamiento para unirse a las manifestaciones contra el Congreso. Luego estrechó la mano de simpatizantes en Brasilia y envió un mensaje a millones de personas: el nuevo coronavirus no es algo de qué preocuparse.

En un discurso televisado la semana pasada, repitió una frase ya muy gastada. "Es solo una pequeña gripe o un resfriado", comentó, culpando a los medios una vez más por la histeria y el pánico por la pandemia. Pocos días después, demostró claramente su priorización de la economía sobre las medidas de aislamiento favorecidas por el resto del mundo.

"La gente va a morir, lo siento", declaró. "Pero no podemos detener una fábrica de automóviles porque hay accidentes de tránsito".

Mientras tanto, las playas de Río están desiertas y las calles normalmente congestionadas de Sao Paulo están vacías. Las tiendas, escuelas, espacios públicos y negocios en muchos estados han cerrado. Ante tal panorama, Bolsonaro está decidido a hacer que esta pandemia sea política, culpando a sus adversarios por tratar de destruir el país.

Sin embargo, el mensaje de Bolsonaro resuena entre sus partidarios. En los últimos días, muchos han realizado autocaravanas en todo Brasil, conduciendo por la ciudad y tocando la bocina para apoyar a las empresas que desean reabrir


Ante la débil respuesta del gobierno central, los gobernadores estatales liderando la crisis

El gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, junto con casi todos los demás gobernadores del país, ha tratado de alentar al gobierno federal para apoyar sus medidas de aislamiento. Todo en vano; Bolsonaro simplemente los acusa de querer implementar juegos políticos.

Por el momento, la jueza Laura Bastos, en Río de Janeiro, a solicitud de fiscales federales, dictaminó que no se podía alentar a los brasileños a abandonar el aislamiento de sus hogares y regresar a las calles sin que exista un plan nacional para combatir la pandemia.

Brasil ya supera los 3.000 casos confirmados de coronavirus, que ha cobrado las vidas de más de 100 personas.

 

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