Opinión>
spanish.china.org.cn | 13. 03. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

Dos potencias, dos sistemas y dos respuestas a la batalla contra el coronavirus

Palabras clave: coronavirus, China, Estados Unidos

Dos grandes potencias con sistemas diferentes en ambos lados del Océano Pacífico han sido testigos de resultados distintos en sus esfuerzos para prevenir y controlar el brote de coronavirus.

No le demoró mucho a China poner a la epidemia bajo control. Wuhan, epicentro del brote, reportó 8 nuevos casos confirmados el 12 de marzo, lo que redujo la cifra a niveles de un solo dígito por primera vez. Tal y como lo señaló la Organización Mundial de Salud (OMS), 70 por ciento de los más de 80 mil casos confirmados en China se ha recuperado y ha sido dado de alta de hospitales, y el brote en China puede estar llegando a su fin.

No obstante, al tiempo que el número de casos de coronavirus en China continua a la baja, el número de casos en Estados Unidos continua al alza. Hasta el 11 de marzo, por lo menos 1.240 personas en 42 estados y en Washington, DC, dieron positivo en exámenes de coronavirus, según la base de información del rotativoNew York Times, y por lo menos 37 pacientes con el virus han fallecido. Además, administraciones locales luchan para contener el virus y numerosos miembros de la Unión han declarado el estado de emergencia.

Como uno de los países más desarrollados en el mundo, la situación en los Estados Unidos no debería estarse dando de este manera. El centro para el Control y Prevención de Enfermedades anunció el 20 de enero el primer caso confirmado de coronavirus de los Estados Unidos en el Estado de Washington, pero el gobierno de Estados Unidos hasta hace poco tiempo estaba simplemente asumiendo una actitud reacia.

El gobierno de Estados Unidos tuvo una ventana temporal amplia de preparación, pero la respuesta ha sido francamente una vergüenza. Trump y funcionarios de alto nivel celebraron una rueda de prensa en la Casa Blanca el 26 de febrero sobre los preparativos estadounidenses, en la que garantizaron a la población que la “amenaza a Estados Unidos era baja”.

Nadie en la rueda de prensa parecía saber que el virus ya se estaba propagando en los Estados Unidos. En ese tiempo, la propagación mundial del virus estaba acelerándose y para el 27 de febrero, el virus ya se había diseminado en 46 países fuera de China, infectando además a más de 82 mil personas en el mundo, según información de la Organización Mundial de Salud (OMS). Dos días después de esta conferencia, la OMS elevó el riesgo global a su máximo nivel.

Obviamente, el gobierno de Estados Unidos ha sido lento en responder al brote y ha desperdiciado tiempo valioso. El Dr.Kurt Campbell, ex colaborador de la Secretaría de Estado para Asuntos del Este de Asia y del Pacífico, pronunció contundentemente en el Instituto Hudson: “Se nos dio tiempo gracias a las medidas draconianas adoptadas por los chinos”, y después añadió, “no estoy seguro de que hayamos usado eficientemente ese tiempo”.

Además del preciado tiempo perdido para la prevención epidémica, el gobierno de Estados Unidos está mal preparado para hacer frente a una epidemia de esta talla. El Dr. Matt McCarthy, experto en enfermedades infecciosas en el Hospital Presbiteriano de Nueva York, uno de los hospitales más bulliciosos de Estados Unidos, se quejó en televisión de que no había tenido acceso a kits de diagnóstico rápido y que incluso le suplicó al Departamento de Salud que hiciera exámenes para identificar al nuevo coronavirus. Al mismo tiempo, los demócratas y los republicanos están politizando el brote para difamar a China y acusarse mutuamente de la crisis.

El gobierno de China coloca la vida y la salud de las personas por encima de todo, al tiempo que lucha para prevenir y controlar la enfermedad, y el ser capaz de conjuntar a todo el sistema para materializar este fin es una ventaja de la estructura política de China. Diferentes países tienen diferentes sistemas y cómo responder a la epidemia diferirá para cada país, pero poner la ideología o una agenda política por encima de la vida y la salud de las personas es irresponsable.

Al tiempo que el número de casos de coronavirus en todo el mundo continua al alza, más personas están preguntándose: ¿Cómo le hizo China para detener el virus? ¿Qué debemos hacer? Según el Dr.Bruce Aylward,asistente del secretario general, otros países pueden emular el contraataque de China, pero requiere velocidad, dinero, imaginación y firmeza política. Los resultados diferentes en ambos lados del Océano Pacífico pueden también hacerles pensar por qué China puede conjuntar la imaginación y la firmeza necesaria para asestar un golpe al coronavirus, mientras que los Estados Unidos batallan para gestionar el brote.


   Google+