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spanish.china.org.cn | 28. 02. 2020 | Editor:Liria Li [A A A]

China enfrenta el embate económico del coronavirus

Palabras clave: economía china, COVID-19

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Aislamientos, restricciones de viaje, cierre de tiendas y cines, retrasos en el reinicio de los negocios y trabajadores migrantes varados en sus pueblos forman parte de las secuelas económicas, producto de la lucha de China contra el COVID-19. 

Por esto, la prensa en Occidente apunta que la economía china ha recibido un golpe mortal y enfrenta el colapso. Algunos expertos y académicos han señalado incluso que si esta revive, no podrá alcanzar sus objetivos propuestos, lo cual podría a su vez impactar en el mercado global. 

Sin embargo, estas opiniones son pesimismo puro. No cabe duda que la economía china encara una fuerte presión a la baja, pero dado el efecto a corto plazo del nuevo coronavirus, esto no alterará sus brillantes perspectivas a futuro.

Mientras se contiene con firmeza al COVID-19, muchas compañías chinas han vuelto al trabajo. Dos provincias, potencias económicas, Zhejiang y Guangdong, han tomado la delantera en este proceso, pero siempre con las precauciones de seguridad necesarias. Han brindado un valioso ejemplo para otras regiones.

Zhejiang ha creado la “Tasa de reactivación empresarial”, el “Mapa a 5 colores de la epidemia” y el “Mapa a 5 colores de la tasa de reanudación laboral” para analizar de manera integral la situación y llevar la cuenta de las empresas que vuelven a la actividad.

Hasta el momento, más del 50 % de sus industrias y el 20 % de las firmas de servicios de mayor tamaño se han puesto en marcha. Las zonas I y II de la Ciudad Comercial Internacional de Yiwu han abierto sus puertas. Los trenes han transportado bienes de China a Europa en respuesta a los pedidos del exterior. 

El gobierno de Guangdong ha emitido 20 políticas y medidas para ayudar a las compañías a acelerar la producción y ofrecer apoyo puntual que garantice el empleo y reduzca su carga. 

Al observar el consumo industrial de energía, desde enero, más del 60 % de las empresas en Guangdong han vuelto al ruedo. 

Otras provincias como Jiangsu, Shandong y Liaoning les siguen los pasos.

En términos de capital extranjero, varias provincias y ciudades han redoblado esfuerzos para atraer la inversión del exterior, mientras implementan la nueva “Ley de Inversión Extranjera” y sus reglamentos.

En enero de este año, China atrajo cerca de 87 600 millones de yuanes de afuera, un incremento interanual del 4 %. Y surgieron un total de 3485 firmas de capital extranjero.

El gigante químico alemán BASF invirtió $ 10 000 millones en la provincia de Guangdong para construir una planta petroquímica integral. En tanto, ExxonMobil destinó otros 10 000 millones en proyectos petroquímicos en Guangdong y el plan de vehículos eléctricos de Tesla en Shanghai marcha sobre ruedas.

Los inversionistas extranjeros mantienen el optimismo en el mercado chino y esperan que después del virus, China siga siendo el mejor lugar para su capital. 

Respecto al consumo, pese a que el coronavirus ha golpeado al servicio de comidas, entretenimiento, turismo y otros sectores en el país, su repercusión es más efímera que permanente. Una vez que la epidemia pase, el potencial de consumo reprimido encontrará su cauce y florecerá. 

Al tomar todos estos factores en consideración, creo que aunque el PIB nacional ralentice su curso en el primer trimestre de 2020, la vista a largo plazo es promisoria. La economía china es más fuerte que durante el brote del SARS en 2003. 

La sólida base del país, su enorme mercado interno y su sistema flexible, ayudarán a la economía a revertir la situación rápidamente. Como la segunda economía del mundo, los cambios que sufra en su rendimiento económico repercutirán en el mundo. 

Además, China cumple un rol crucial en la cadena de suministro global. Por lo tanto, mitigar el golpe del COVID-19 y acelerar la recuperación económica y el desarrollo son las tareas de China y su responsabilidad con el mundo.