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spanish.china.org.cn | 27. 02. 2020 | Editor:Eva Yu Texto

Una espera en Wuhan

Palabras clave: China, Wuhan, COVID-19

 

 

 

 

Foto captada el 31 de enero de 2020 que muestra edificios iluminados con leyendas para animar a la ciudad de Wuhan, en la provincia central china de Hubei.

 

Empleos y porvenir

Wang tiene otro motivo para estar inquieto en casa. Como gerente de una compañía de servicios de fletes en Shanghai, ha estado trabajando de forma remota y observando los esfuerzos para contener el virus en todo el país, y está gravemente preocupado por su compañía y por las miles de personas que esta emplea.

Las ventas en línea y los embarques exprés han sido partes integrales en la vida diaria de las personas en China, incluso antes de que quedaran atracados en sus hogares. Y con una demanda creciente, empresas como las de Wang ahora se enfrentan a complicadas políticas orientadas a salvar vidas y a combatir el brote.

Wang indicó que entendió la necesidad de medidas drásticas, pero que políticas como aquellas que requieren que los trabajadores que han realizado un viaje sean puestos 14 días en cuarentena, lapso que tarda presuntamente el virus en manifestarse, han sido problemáticas, especialmente para aquellos conductores contratados que siempre están de viaje.

La compañía está padeciendo también una creciente presión financiera, y las medidas que atañen a las empresas en estos momentos de crisis no están ayudando. Una política alienta a las firmas de propiedad estatal a reducir la renta, pero la compañía de Wang tiene contrato de alquiler con un desarrollador privado. Al tomar como referencia a otras compañías con planes de reducir masivamente sus plantillas, Wang indicó que desea que su compañía no tenga que enfrentarse a una decisión similar.

Y mientras un sector laboral vive agobiado por el futuro de sus trabajos en tiempos de lucha prolongada contra el coronavirus, los jóvenes aún en las escuelas están preocupados por sus incorporación futura en el mercado laboral.

Wang Zhuoting, universitaria que cursa estudios en Wuhan, regresó a su ciudad natal en la vecina Tianmen, a mediados de enero. Está en el último año de su carrera de diseño de productos, y está programada para graduarse en junio y encontrar un trabajo.

Para completar sus estudios, Wang aún necesita terminar su tesis y un proyecto de diseño. Pero con las escuelas de Wuhan cerradas por el momento, todo lo que Wang puede hacer es esperar. Podría trabajar en su tesis en casa, pero el proyecto de diseño requiere del uso de máquinas, y no tiene acceso a talleres en ningún lugar. “Si no comenzamos este semestre, entonces temo quedarme permanentemente sin escuela”, declaró Wang.

El periodo entre finales de la Fiesta de la Primavera y junio es por lo regular un tiempo para que los futuros graduados busquen empleo. Como se puede uno imaginar, las oportunidades son escasas en una ciudad que está bajo un aislamiento total. Wang indicó que su escuela había innovado con ferias laborales en línea, y que está considerando meter una solicitud afuera de la provincia de Hubei. No obstante, sin ninguna garantía de que podrá graduarse, o de que se levantarán las restricciones para el viaje de personas en un futuro cercano, todo lo que pasa por su mente no son más que supociones.

 

El lado positivo

En su universidad, Liu Yong y el personal académico han estado trabajando para ayudar a calmar las ansiedades de los estudiantes graduados. Algunos habían planeado comenzar pasantías a finales de febrero, fecha que ha tenido que prorrogarse. Liu sugirió a los estudiantes que terminaran sus tesis de grado y que continuaran con la pasantía una vez que todo vuelva a la normalidad. “Solo debemos cambiar nuestros planes y esperar a que tengamos un camino”

Y algunos expertos han indicado que esperar es una estrategia efectiva contra el brote. Mientras más hospitales se construyen para dar tratamiento a pacientes, el número de casos en Wuhan atestiguó el 20 de febrero una reducción de miles por día a menos de 400. “Creo que con el tiempo apropiado, el brote puede contenerse y ser solucionado”, opinó Liu.

Y mientras las personas en Wuhan aguantan la respiración, algunos han encontrados nichos de esperanza mientras esperan a que termine la crisis. Wang Bing, cuyo trabajo lo ha alejado de Wuhan y de su familia durante años, indicó que ha tenido una “transformación personal” ahora que está varado en su ciudad natal.

“Me di cuenta de la importancia de que toda la familia permanezca unida”, indicó. “En realidad, no hay nada que someta a una familia si está junta y saludable”.

Wang indicó que está considerado buscar un trabajo en Wuhan cuando termine la epidemia. “La familia es la prioridad principal”.

 

 

 

 

 

 

 

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