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spanish.china.org.cn | 27. 02. 2020 | Editor:Eva Yu Texto

EE.UU. acusa a Assange de haber puesto en peligro a cientos de espías

Palabras clave: EE.UU. ,Assange

 

Los defensores de Julian Assange –entre ellos, parlamentarios de doce países europeos– denunciaron la vista que comenzó ayer para la extradición del periodista australiano como un ataque a la democracia y la libertad de información, y un ejemplo de los pocos escrúpulos del Gobierno de Washington a la hora de esconder sus violaciones de los derechos humanos en todo el mundo, y en especial en Irak y Afganistán. El abogado que representa a la justicia de Estados Unidos pintó en cambio al fundador de Wikileaks como un traidor y un delincuente común que ha puesto en peligro la vida de centenares de espías.

Políticos, celebridades y gente común y corriente se concentraron desde buena hora de la mañana a la entrada del tribunal de Woolwich, en el sudeste de Londres, para dar su apoyo moral al enemigo público número uno del Gobierno norteamericano. Lo hicieron con pancartas, gritos y una sirena que hacían sonar de manera repetitiva y se oía tanto en el interior de la sala que el propio Assange aprovechó la pausa de la hora de comer para salir a la calle, dar las gracias y pedir silencio porque no se podía concentrar.

El abogado que vela por los intereses de Washington alega que el periodista “es un delincuente común”

A lo largo de la vista, que se prolongará a lo largo de toda la semana y el viernes se aplazará hasta mediados de mayo, escuchó impasible, bien trajeado, con una camisa blanca, un jersey gris y gafas de leer (nada que ver con la figura barbuda y desgreñada que fue sacada a rastras de la embajada ecuatoriana hace diez meses), el pliego de cargos contra su persona por parte del abogado que representa a Estados Unidos. Se centran en torno a una conspiración para jaquear los ordenadores del Pentágono en colaboración con la soldado Chelsea Manning (a quien indultó el expresidente Obama pero volvió a ingresar en prisión por negarse a testificar en el caso de Wikileaks), y la subsiguiente “divulgación de documentos clasificados que han puesto en grave peligro, y tal vez costado la vida a disidentes afganos e iraquíes”.

“Se trata –señaló el abogado James Lewis– de delitos comunes contra las leyes de espionaje de los que no ha sido acusado por ser periodista sino por jaquear los sistemas del Ministerio de Defensa de Estados Unidos. Después de sus acciones han desaparecido numerosas personas en Oriente Medio, aunque nos resulte imposible probar una relación causa-efecto”. El letrado negó que Assange se enfrente a una posible sentencia ejemplar de 175 años de cárcel si es extraditado y juzgado en Estados Unidos, y también que el presidente Trump le ofreciera el perdón a través de un senador republicano.

El abogado que representa al investigador para intentar evitar el tan infausto viaje a Washington, Edward Fitzgerald, afirmó que la demanda de la justicia norteamericana “no tiene nada de ordinario sino que es cien por cien política”. “Trump llegó al poder –afirmó– con una nueva aproximación a la libertad de prensa, que básicamente consiste en declarar la guerra a los periodistas que hurgan en los secretos oscuros del Estado y castigarlos de manera ejemplar”.

Los 33 parlamentarios europeos que han venido a Londres a apoyar a Assange coinciden con ese análisis. “Oponerse a su extradición a Estados Unidos es colocarse del lado de la democracia y de derechos humanos fundamentales como el de la información, y de denunciar las violaciones sistemáticas de ellos que gracias aWikileaks sabemos que el Gobierno de Washington ha cometido en todo el mundo, desde el asesinato del cámara de Reuters en Irak hasta los que figuran en los cables del Departamento de Estado. En este juicio veremos qué prima, si esos valores o la opacidad e inmunidad. A la UE nos toca establecer las herramientas adecuadas para proteger a las personas que filtran información de interés general frente a gobiernos que tratan de ocultarla”, declaró la eurodiputada de Unidas Podemos Sira Rego.

Entre los legisladores y un grupo de chalecos amarillos venidos desde Francia estaba la diseñadora Vivienne Westwood: “Soy el ángel de la democracia –dijo–, y nadie sabe más de democracia que Assange”.


Fuente: La Vanguardia

 

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