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spanish.china.org.cn | 20. 01. 2020 | Editor: Texto

ESPECIAL: Pintor cubano guarda con celo las tradiciones chinas

Palabras clave: Cuba-China

Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 19 ene (Xinhua) -- Cada día, Alexis González recorre las calles del Barrio Chino de La Habana hasta llegar a su estudio en la Casa de las Artes y Tradiciones Chinas, donde guarda con celo una centenaria herencia cultural.

González, delgado y con trenzas al estilo del músico Bob Marley, es un hombre que desde hace más de una década encontró su pasión profesional en la práctica de la pintura tradicional y la caligrafía chinas.

Todo comenzó casi de manera fortuita, cuando a la muerte de su abuela, en 1994, el pintor conoció en la funeraria a varios familiares lejanos, mulatos todos, pero con rasgos faciales asiáticos.

"Aquello fue una sorpresa y tuve que preguntarle a mi padre quiénes eran ellos", rememoró González con voz pausada en diálogo con Xinhua.

"Resultó que eran mis tíos abuelos, pues mi bisabuela había sido esposa de un emigrante chino, por lo que todos los otros descendientes tenían aquellos rasgos", recordó.

Aquel encuentro marcó para siempre la vida de González, pues desde ese momento comenzó a buscar sus lejanas raíces chinas, hasta que en 2007 llegó a la Casa de las Artes y Tradiciones Chinas para inscribirse en un curso sobre la pintura tradicional china.

"Lo que encontré entonces fue una revelación, pues pasé de investigar sobre mis ancestros a tomar contacto con una cultura milenaria y fascinante", apuntó el artista de 53 años.

Desde entonces comenzó a incursionar en ambas disciplinas, pero al mismo tiempo empezó a estudiar no solo el idioma chino, sino la historia del país asiático, para poder entender lo que más tarde pintaría.

González trabaja ahora como restaurador en el mismo sitio donde tomó el primer contacto con la pintura tradicional china y donde tiene en la actualidad un fresco e iluminado espacio que hace la función de singular estudio.

En ese lugar, emulando con los maestros chinos y superando las dificultades que encuentra a la hora de conseguir el papel de arroz, intenta atrapar la magia del estilo pictórico Xieyi, que floreció durante la dinastía Tang.

El pintor aclaró que su apropiación de ese singular estilo no se produjo por medio de un viaje a China, ni con la ayuda de ningún maestro chino, sino de forma autodidacta, cuando dedicó varios años a estudiar el arte tradicional, auxiliado por libros y otros materiales.

González tiene en su haber cinco exposiciones personales, así como más de una veintena de muestras colectivas, en las que ha expuesto su particular acercamiento a la cultura tradicional china.

Pero el pintor no se guarda sus conocimientos, por lo que imparte clases de pintura tradicional y caligrafía chinas a alumnos del Instituto Confucio de La Habana, ubicado en el corazón del barrio chino.

En la recién inaugurada Plaza San Fan Con, como nombran a Guan Gong, el legendario héroe transculturado y adorado en Cuba, González imparte clases cada miércoles a un pequeño grupo de entusiastas.

Los alumnos, que además aprenden el idioma chino, aprecian las clases de pintura y caligrafía como un complemento a sus estudios de la lengua, sobre todo como una vía para acercarse a una cultura desconocida para ellos.

"Esta es una manera de acercarnos más a la cultura china", dijo Angel Suárez, un estudiante del Instituto Confucio, quien por primera vez asiste a las clases del pintor.

Suárez, quien además estudia psicología en la Universidad de La Habana, destacó el hecho de que el profesor de pintura les enseña "una visión de la vida en la que para hacer los dibujos tienes también que cambiar tu forma de ver las cosas".

El pintor González, casado y con un hijo de cinco años, espera que su esfuerzo docente sea una manera de divulgar una pintura que en la isla resulta prácticamente desconocida, pero que todos, una vez que la aprecian, valoran de manera muy alta.

"Muchos en el Barrio Chino cultivan la cerámica, la talla en madera, la culinaria y hasta las artes marciales, pero nadie se dedica a la pintura tradicional. Por eso me siento como un guardián de esa cultura", subrayó.

A Alexis González no le falta razón para expresarlo de esa manera, al haber hallado su vocación en este milenario arte chino. Fin

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