Caídas libres con resultados fatales

Un hombre en Jinan, provincia de Shandong, en el este de China, recibió una sentencia privativa de libertad de 3 años con 3 años de suspensión por arrojar intencionalmente 3 botellas de cerveza por la ventana del décimo piso el 17 de julio.

El incidente llamó mucho la atención con algunos poniendo en tela de juicio la severidad de la pena ya que nadie resultó herido.

Quienes así piensan no tienen en consideración probablemente la magnitud del daño que puede causar un objeto que cae desde un edificio de gran altura. Los experimentos demuestran que un clavo desde el piso 18 puede perforar el cráneo de una persona, mientras que una lata desde el 15 puede hacer lo mismo. Incluso un huevo del cuarto piso puede herir de gravedad a alguien, y cuando hablamos del piso 25, puede convertirse en un arma mortal.

El problema se agudiza con el incremento de edificios cada vez más altos. A fines de 2017, su número en China superaba los 347 000, de los cuales más de 6000 medían más de 100 metros. Ambos datos son los más altos del mundo.

Las consecuencias que acarrea la caída de objetos desde tal altura todavía no han recibido una merecida atención. Un examen de informes previos revela que los residentes han tirado toda clase de artículos desde sus ventanas, llámese botellas de plástico, de vidrio, latas, piezas de bicicletas usadas, papel, bolsas de plástico de papel higiénico usado...

Peor aún, algunos han instalado marcos externos simples en sus ventanas para mayor comodidad, y otros colocan macetas. De existir problemas con estas adiciones, el riesgo para la seguridad de las personas sería enorme.

Por ello lo urgente de lidiar con este asunto. El 14 de noviembre, el Tribunal Popular Supremo emitió una interpretación que señala que los autores de tal acto podrían ser declarados culpables de asesinato o muerte sin dolor.

El receptor de la pena debe sentirse afortunado por la ausencia de víctimas, de lo contrario, se habría enfrentado a sanciones mucho más duras.