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spanish.china.org.cn | 23. 10. 2019 | Editor:Eva Yu Texto

La construcción del ciberespacio debe ser metódica y ordenada

Palabras clave: Conferencia Mundial de Internet, Futuro compartido en el ciberespacio

Por Jorge Fernández

 

 

Junto al mundo físico hay un universo virtual que atestigua un acelerado proceso de construcción. Sistemas económicos, sociales, culturales y políticos se reproducen aceleradamente en un ciberespacio en donde leyes distintas a la física benefician al mundo terrenal. Esas ventajas, que ahora avistamos con regocijo, podrían derrumbarse súbitamente si no diseñamos una arquitectura sólida para la gobernanza y gestión que evite la repetición de aquellos males que palpamos en nuestra tangible realidad.

El universo cibernético ofrece espacios para la repetición de prácticas institucionalizadas de nuestra realidad física. Y si en ella hay cabida para la reproducción ventajosa de modelos que responden al interés general, también la hay para organizaciones que operan al margen de la ley y para quienes la laxitud legal de la realidad virtual es una oportunidad para impulsar sus obscuros intereses. El crimen organizado y el terrorismo acechan un universo inmaterial en donde sus posibilidades, paradójicamente, también son ilimitadas. Las delicias del mundo digital están cegándonos de los peligros que se ciernen sobre el ciberespacio.

Pese a la relativa juventud de este universo, hoy comenzamos a atestiguar vicios y problemas que podrían evitarse y revertirse con un marco sólido que conduzca a un desarrollo equilibrado, a la elaboración de reglas justas y a la equidad en el campo de internet. Al igual que el mundo terrenal atestigua problemas sistémicos de larga data, el ciberespacio está reproduciendo males que proliferan con rapidez: ambiciones hegemónicas, despliegues de políticas de poder, ampliación de brechas digitales, violaciones a la privacidad, difusión de información falsa, fraudes y racismo. Todos estos flagelos, de no limitarse por medio de un orden legal, podrían hacer del ciberespacio un universo paralelo de horror e inseguridad.

Y es que de cara a los frutos arrojados por la realidad virtual en el ciberespacio, en lo que menos pensamos o queremos pensar es en los males que se ciernen sobre esta novedosa dimensión. Por el contrario, a mayor beneficio, mayor entusiasmo por desarrollar un universo paralelo. La tecnología se está integrando velozmente en nuestras sociedades y todo parece indicar que la tendencia por construir en este universo ignoto sistemas ventajosos es irreversible. China se ha volcado en el fortalecimiento e inversión de áreas como la computación en nube, el internet de las cosas o el internet +, y ha hecho del país un foro para el estudio y análisis de marcos que estimulen el desarrollo guiado por la innovación y la cooperación tecnológica.

En medio de este entusiasmo por la aplicación de nuevas tecnologías y por la construcción del ciberespacio, China, en voz de su presidente, Xi Jinping, presentó en el marco de la II Conferencia Mundial de Internet, celebrada en 2015 en la ribereña ciudad china de Wuzhen, un marco de acción sobrio y responsable en el que urge a la comunidad internacional a participar activamente en la construcción conjunta de un ciberespacio en el que los beneficios del desarrollo se extiendan y se compartan entre todos por igual. El reconocimiento de que este universo paralelo debe caracterizarse por procesos ordenados, metódicos y regidos por la ley es una idea vanguardista que se contrasta con el frenesí involuntario del momento.

La construcción de una comunidad de futuro compartido en el ciberespacio encierra la visión china por materializar el bienestar propio y el ajeno de manera indefinida mediante la gestión conjunta del mundo cibernético. El gigante asiático convoca a la comunidad internacional a trabajar conjuntamente a fin de hacer de esa dimensión desconocida un mundo desde el que se pueda impulsar el desarrollo, desde donde se pueda garantizar la seguridad del mundo terrenal y en el que por medio de una gobernanza conjunta y coordinada todos los pueblos del mundo disfruten de los beneficios generados por las revoluciones tecnológicas.

Si bien el ciberespacio se asemeja a una tierra promisoria repleta de abundantes recursos, este no puede explorarse con prácticas anárquicas. Por el contrario, la gobernanza de este universo virtual debe ir a la par de la velocidad a la que este se desarrolla, y para ello, es crucial incorporar a todas las partes para que trabajen hombro con hombro y con incansables esfuerzos en la edificación de una arquitectura que contribuya a enriquecer un mundo inmaterial con potencial para beneficiar y hacer mejores a los seres humanos del planeta.

China ha hecho de cada rincón del país un foro permanente que busca construir, por medio del diálogo y el intercambio de ideas, una comunidad en el ciberespacio en el que todos trabajen por el desarrollo conjunto, por la salvaguarda de la seguridad, por una gobernanza participativa y en la que todos en el mundo terrenal disfruten y compartan los beneficios del ciberespacio. La construcción de una comunidad de futuro compartido en el ciberespacio invita a la aldea de naciones a participar en un proyecto que beneficia a todos. Está lejos de ser la tarea de uno solo, y de igual manera, los trabajos para su materialización no pueden recaer en un solo país o gobierno.

Por medio de la Conferencia Mundial de Internet y de numerosos foros celebrados en el gigante asiático, China busca desempeñar un papel activo en la construcción de un mundo virtual ordenado, responsable y que redunde en el bienestar de todos. El país no ha dejado de impulsar el diálogo internacional a fin de alcanzar consensos en la promoción de una gobernanza en el ciberespacio caracterizada por prácticas positivas y orientadas a fortalecer un universo virtual justo y equitativo. El desarrollo tecnológico permite a los países y gobiernos del mundo inventar un mundo feliz y perfecto, y China está entre los principales promotores de una realidad fantástica que de gestionarse adecuadamente redundará en el beneficio de todos. La construcción de una comunidad de futuro compartido en el ciberespacio es su aportación y hoja de ruta.

 

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