Paisajes de fantasía en las pinturas de Zeng Renzhen

"Cuando te quedas por dos meses, moviéndote de un jardín clásico a otro, sientes que estás viviendo en los jardines y desarrollas una conexión cercana con ellos", comenta Zeng. "Por ejemplo, el Pabellón Canglang en Suzhou se construyó especialmente en un área abierta, y escuchar la brisa que flota sobre el lago brinda una sensación inmediata de comodidad y alivio".

A pesar de su creciente obsesión, decidió regresar a Beijing por temor a, según sus propias palabras, "adorar" los jardines chinos clásicos hasta el punto de no poder ver una imagen más amplia de ellos.

Fue ahí cuando fundó su estudio, Huanyuan ("Jardín de fantasías"), que también es el nombre de su primera serie de pinturas. Él cree que los jardines chinos, con sus formas rocosas y macizas de flores, están destinados a ser versiones en miniatura de paisajes naturales, por lo que decidió establecer estos jardines en miniatura en papel y, en el proceso, crear su propio jardín de fantasías.

Dentro del jardín, la pequeña persona vestida de blanco emergió, libre y sin complicaciones, en un estado respaldado por la filosofía taoísta.

"Es como un espíritu humano. Puede viajar libremente por el vasto mundo y sus innumerables entidades. Representa el ideal tradicional chino para liberar la mente de la naturaleza, sin restricciones físicas o mentales", explica Zeng.