Poner a Huawei en la lista negra refleja la política de intimidación desenfrenada de Washington

El Departamento de Comercio estadounidense anunció este lunes que prorrogará otros 90 días la licencia temporal que relaja las restricciones sobre acuerdos de negocios con Huawei, aunque al mismo tiempo añadió otras 46 filiales de la empresa china a la Lista de Entidades.

Como dijo Huawei sobre esta ampliación, la medida "tiene una motivación política y no tiene nada que ver con la seguridad nacional".

En mayo, alegando una posible amenaza a la seguridad por el uso de tecnología y hardware de Huawei, el departamento puso al gigante tecnológico chino y a 68 de sus filiales en la Lista de Entidades, lo que suponía restringirles la venta y transferencia de tecnología estadounidense.

No obstante, dado que Washington no ha logrado hasta la fecha aportar pruebas creíbles de sus acusaciones, poner a Huawei en la lista negra no es más que un reflejo de la lógica de "bullying" de EEUU.

Las restricciones sobre Huawei se han encontrado con objeciones dentro y fuera de EEUU. Algunas compañías de telecomunicaciones estadounidenses, sobre todo las que operan en las zonas rurales, donde la infraestructura de fibra óptica es débil, consideran que los rentables equipos de Huawei son una opción mejor.

Según estimaciones de la Asociación de Comunicaciones Inalámbricas Rurales, que representa a 55 firmas, sustituir los equipos de Huawei y de otros proveedores chinos supondrá un coste a los pequeños proveedores de entre 800 y 1.000 millones de dólares.

Este ajuste a gran escala en la cadena de suministro podría obligar a algunas empresas pequeñas a declararse en bancarrota.

Huawei, profundamente integrada en la cadena de suministro mundial, se considera ampliamente un socio probado a través del tiempo, confiable y seguro. Por lo tanto, no es fácil que Washington convenza ni siquiera a sus aliados de vetar a la compañía china con acusaciones sin fundamento.

La ilusión de que dejar a Huawei fuera de EEUU dará al país norteamericano la delantera en la competición por el 5G tiene también muchos puntos débiles.

El abuso que hace Washington de su aparato de Estado para aplicar mano dura de forma arbitraria a una empresa sembrará dudas sobre la credibilidad de EEUU y podría reducir su ventaja tecnológica.

Las restricciones injustas sobre Huawei la han obligado a explorar de forma independiente un camino minucioso de investigación e innovación, cuyos resultados pueden facilitar nuevas opciones para la industria y los clientes en todo el mundo.

La firma china ha lanzado ya el HarmonyOS, un sistema operativo alternativo al Android de Google, cuyo uso podría prohibirse al gigante de las telecomunicaciones chino.

"Si el Gobierno estadounidense no permite a Google proporcionar el sistema operativo Android, entonces el mundo podría tener un tercer sistema operativo, y esto no va en el mejor beneficio ni interés de Estados Unidos", dijo Ren Zhengfei, fundador y presidente de Huawei a Sky News.

En el mundo de hoy en día, cada vez más interdependiente, el nacimiento de avances tecnológicos requieren cada vez más una cooperación en mutuo beneficio que trasciende las fronteras nacionales. Una mentalidad de "suma cero" que busque el dominio momentáneo a expensas de los otros sofocará el espíritu de apertura, que es la auténtica fuente de la innovación.