El Museo del Yak, una gran historia para contar

 Wu Yuchu posando para una foto en el Museo del Yak

En la vida tibetana, durante siglos, los venerados animales han proporcionado comida, ropa, trabajo y transporte.

Hace más de 40 años, Wu Yuchu quedó atrapado en una tormenta de nieve en la región autónoma del Tíbet

Era 1977, dos años después de que Wu comenzara a trabajar en el Tíbet. Él y más de 50 personas más se refugiaron en una casa de ladrillos de barro mientras la tormenta azotaba.

La temperatura exterior bajó a -30 C y la comida se estaba acabando.

Cuando el equipo de rescate finalmente llegó con yaks transportando suministros para salvar sus vidas, Wu inmediatamente se sintió atado a estas bestias.

No podría haber imaginado que el vínculo duraría décadas. Los Yaks le salvaron la vida y desde entonces ha pasado la mayor parte de su vida promocionando estos animales.

"Los he observado y estudiado desde entonces", señala Wu. "Me encariñé mucho con ellos y quería aprender más sobre la especie". Sus estudios sobre el yak siguieron siendo un hobby hasta 2014, año en que se convirtió en el curador del Museo del Yak en Lhasa, la capital del Tíbet.