El "arma arancelaria" de EEUU es un obstáculo para el crecimiento mundial

En un momento en que la economía mundial aún se esfuerza por mantener su impulso de crecimiento, Estados Unidos debería dejar de erigir barreras arancelarias y abandonar sus políticas comerciales distorsionadas por el bien de sí mismo y del mundo en general.

Según una estimación del Fondo Monetario Internacional (FMI), los aranceles estadounidenses-chinos, incluidos los implementados el año pasado, podrían reducir el PIB mundial en un 0,5 por ciento, o alrededor de 455.000 millones de dólares, en 2020.

Como la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, señaló al cierre de la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 en Fukuoka, Japón, los conflictos comerciales se han convertido en la "principal amenaza" para el panorama económico mundial.

Las fricciones comerciales iniciadas por Washington no solo perturbarán la eficiencia de las cadenas globales de valor, a través de las cuales las empresas multinacionales maximizan sus ganancias en el actual modelo de fábrica global, sino que se convertirán en un lastre para el comercio global.

Cuando la primera ronda de nuevas medidas arancelarias que afectaron el comercio entre Estados Unidos y China entró en vigor, las exportaciones del G20 cayeron un 0,8 por ciento y las importaciones un 2,7 por ciento en comparación con el tercer trimestre de 2018, mostraron los últimos datos publicados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Cuando se trata de comercio, la administración de Estados Unidos insiste en que está siendo "estafada" y deliberadamente ignora el comercio de servicios y su enorme ganancia en términos de valor agregado.

Washington sigue recurriendo a subidas de aranceles como único medio para reducir los llamados "desequilibrios comerciales" con sus socios. Hechos y cifras, sin embargo, cuentan una historia diferente.

En los primeros cinco meses de este año, las exportaciones de China a EEUU bajaron un 3,2 por ciento interanual y se situaron en 1,09 billones de yuanes, mientras que las importaciones del país norteamericano cayeron un 25,7 por ciento anual y se situaron en 335.300 millones de yuanes, lo que elevó el superávit de China en un 11,9 por ciento hasta llegar a los 750.600 millones de yuanes.

Si Estados Unidos impone un 25 por ciento de aranceles adicionales a todos los bienes importados desde China, el PIB de EEUU disminuirá en un 1,01 por ciento, con la pérdida de 2,16 millones de empleos y una carga anual adicional de 2.294 dólares para una familia de cuatro, según un informe publicado en febrero por la Asociación de Comercio, un grupo de expertos estadounidense.

Las medidas arancelarias no pueden resolver el problema del déficit comercial de EEUU sino solo cambiar la estructura de sus importaciones, dijo a Xinhua Fu Xiaolan, directora fundadora del Centro de Tecnología y Gestión para el Desarrollo de la Universidad de Oxford, en una entrevista reciente.

Si la administración estadounidense insiste en tomar el camino más oscuro con su mentalidad de Guerra Fría y sus medidas comerciales de "toma y dame", el riesgo a la baja de la perspectiva económica mundial definitivamente aumentará.

Ju Jiandong, director del Centro de Investigación en Economía y Finanzas Internacionales de la Universidad Tsinghua, advirtió que el peor resultado sería una cadena de valor global rota con una influencia más terrible en la economía mundial que la causada por la crisis financiera de 2008.

Los pesimistas prevalecerán y la economía mundial sufrirá si algunos de los responsables políticos de Estados Unidos continúan siendo demasiado arrogantes y de mente estrecha para reflexionar frente a sí mismos y ajustar sus percepciones.

Dado que las economías, tanto las avanzadas como las emergentes, nunca antes han estado tan entrelazadas, ningún legislador o gobernante puede darse el lujo de hacer berrinches y actuar de manera irresponsable.