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spanish.china.org.cn | 07. 06. 2019 | Editor:Eva Yu Texto

China y Rusia: compañeros por un mundo mejor

Palabras clave: China y Rusia

 

 

Por Jorge Fernández

 

 

A lo largo de 70 años, las relaciones entre Beijing y Moscú han atestiguado innumerables altibajos, los mismos que hoy, tras una evaluación objetiva de los aciertos y desaciertos pasados, son la base de múltiples intercambios que se caracterizan por ser los mejores de toda su historia.

El potencial que reviste esta relación bilateral, que se consagra no solo por las experiencias pasadas sino por los oscilantes cambios que ha atestiguado el mundo en las últimas siete décadas, no tiene parangón en ninguna otra parte del mundo. Y hoy, de cara a un sistema internacional en donde la imposición de criterios unilaterales gana terreno, China y Rusia cuentan con condiciones únicas e insuperables para mejorar el orden internacional.

En el marco de su visita de Estado, Xi Jinping celebró junto con su homólogo ruso, Vladimir Putin, una rueda de prensa en el Kremlin en donde además de aplaudir la rúbrica de 20 acuerdos de cooperación, los dos líderes enarbolaron con tono triunfal la elevación de la relación a una asociación estratégica integral de coordinación para la Nueva Era.

El futuro se avista promisorio toda vez que este momento creará sinergias no solo para el impulso de grandes iniciativas, entre ellas la Franja y la Ruta, por el lado chino, y la Unión Económica de Eurasia, por el lado ruso, sino para el fortalecimiento de otras organizaciones de las que ambos países forman parte, entre ellas la Organización para la Cooperación de Shanghai, los países BRICS y el G20.

A esta nueva era se suma la declaración del presidente de China, quien tras haber entregado a Putin el año pasado la Medalla de la Amistad, hoy coloca al jefe de Estado ruso en un nivel especial, distinto al que se acostumbra en las relaciones entre Estados: “El presidente Putin es mi mejor amigo y compañero. Esta amistad demuestra el alto nivel de los lazos bilaterales y la estrecha coordinación estratégica entre nuestros dos países”.

Los dos Estados atestiguan actualmente un punto de inflexión en un entorno internacional que a ratos resulta adverso para ambos. En el caso de China, la administración Trump alberga una animosidad comercial contra Beijing que carece de toda lógica y que ignora la disposición del gigante asiático de dialogar y encontrar vías para la solución de controversias.

Rusia se constituye consecuentemente en un socio de gran valor para poner en práctica nuevos conceptos orientados a mejorar las relaciones internacionales y a elevar la calidad de gobernanza de instituciones globales que rigen el destino de la humanidad. La relación con Rusia en la Nueva Era es un salto de gran trascendencia histórica, en donde más allá de buscar el impulso de intereses nacionales y bilaterales, se están explorando posibilidades de generar un cambio para toda la humanidad.

El presidente de China, Xi Jinping, ha hecho ingentes esfuerzos para invitar a la comunidad internacional a unirse en la materialización del concepto de una comunidad de futuro compartido para la humanidad. Con Rusia como socio y con Vladimir Putin como amigo, el orden internacional tiene mayores posibilidades de convertirse en uno más justo, equitativo y democrático para todos los países por igual.

 

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