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spanish.china.org.cn | 12. 04. 2019 | Editor:Lety Du [A A A]

Pobre protección a causa de vacíos legales en el sector del modelaje infantil

Palabras clave: modelaje infantil, China

El auge del modelaje infantil

 

Niu Niu no es la única. En Zhili, un pequeño pueblo de la provincia de Zhejiang, miles de niños de todo el país llegan con sus padres a probar suerte.

Con una población de 450 000 habitantes, la localidad cuenta con más de 13 000 fábricas textiles. En 2017, el lugar obtuvo ingresos por más de 7 billones de yuanes por la venta de ropa de niños en línea, con lo cual las oportunidades para pequeños modelos es grande.

Shen Rongfeng, supervisor en la firma textil Mingbang Huzhou, apuntó al Diario de Zhejiang que debido a la expansión de la venta digital en Zhili, la demanda por niños para modelar los diseños se ha disparado.

“Es una industria muy lucrativa pero competitiva. Recibimos docenas de solicitudes al día, pero pocos candidatos destacan en el sector. Los padres gastan un dineral en entrenamientos, incluso enseñan a sus hijos los clásicos y música para aumentar su ventaja”, contó Lu Lu, una asistente de ventas al Diario del Pueblo versión digital.

Según el South China Morning Post, los modelos menores de edad en Zhili ganan entre 80 y 150 yuanes ($12-$22) por una toma de una prenda o hasta 10 000 yuanes ($ 1500) diarios por modelar más de 100, mientras que los más populares pueden alcanzar la suma de un millón al año.

“El modelaje puede ser un trabajo muy tedioso para los pequeños. Un comercial puede durar horas de repetición de una misma pose y la capacitación profesional es ardua. Varios niños lloran mientras acuden a los talleres”, agregó Lu Lu.

Sin embargo, no a todos los padres les interesan los potenciales beneficios. Algunos creen que el ser modelo puede ayudar a sus vástagos a ser más extrovertidos y confiar más en sí mismos. Un mujer de apellido Wang manifestó al Diario Zhejiang que forzó a su hija de 9 años a entrar al ruedo porque pensaba que ella era muy tímida.

“Ahora es más segura y le gusta caminar por la pasarela”, afirmó. “No me importa su salario, sino lo que pueda aprender y experimentar”.

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