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Otras ciudades han seguido el ejemplo, como es el caso de la ciudad italiana de Bari, en la que se paga 0,20 euros por kilómetro a los ciclistas (hasta un máximo de 25 euros al mes) e incluso una ayuda de 150 euros para comprar bicicleta o 250 para una eléctrica.

En Francia, los ciclistas pueden pedir a su empresa 0,25 euros por kilómetro gracias a un proyecto experimental de seis meses lanzado en 2014 (hasta un máximo de 200 euros al año libres de impuestos).

De momento, muchos otros países han implementado medidas similares en ciudades piloto; algunos planes datan desde 1999. Sin embargo, el progreso de la medida dependerá también en la mejora de infraestructuras generales que disminuyan la percepción de riesgo de los ciclistas y de la ampliación de los carriles exclusivos si se quiere atraer a más público y hacer que el auto pierda popularidad.