ESPECIAL: Difícil arte de torcer a mano un puro cubano cautiva a participantes del XXI Festival del Habano

Por Noemí Galbán y Raimundo Urrechaga

LA HABANA, 20 feb (Xinhua) -- Hace una década Ignacio Chaver, un joven profesional argentino, descubrió los puros cubanos y desde entonces es fiel admirador y consumidor de los tabacos más reconocidos y valorados a nivel mundial.

Uno de sus sueños, confesó hoy a Xinhua, era conocer el modo en que meticulosamente los torcedores cubanos elaboran los cotizados habanos, un proceso único que sólo se realiza con ese nivel de artesanía en esta nación.

La oportunidad se le presentó este miércoles al participar, junto a centenares de personas de más de 70 países, en la clase magistral sobre la técnica del torcido a mano, tal y como se confeccionaban los puros desde hace 200 años en Cuba.

"Fue algo que siempre quise aprender. Desde que empecé a fumar siempre me interesó saber cómo se armaban los cigarros y por suerte pude cumplir mi sueño y estar acá", dijo emocionado Chaver.

Reconoció jocoso que la experiencia le resultó muy enriquecedora, pues ya comprende la razón por la cual se comercializan a tan altos precios los habanos cubanos.

"Es súper difícil y ahora entiendo por qué me los venden tan caros los puros en Argentina. Entiendo ahora todo el trabajo que llevan y todo manual, y entiendo por qué tienen el costo que tienen", apuntó.

Cerca de él, atareado y muy pendiente de sus alumnos se encontraba Miguel Bárzaga, especialista en la industria del torcido a mano perteneciente al grupo estatal Tabacuba.

Paso por paso, el experimentado torcedor con más de 30 años de experiencia impartió a los participantes la técnica de elaborar un "parejo con apéndice", tipo de tabaco con punta fina y caras planas, uno de los más complejos de confeccionar.

"Para nosotros es un placer que cada cual sienta cómo se hace un tabaco, lo difícil y trabajoso que es. Son muchas personas las que vienen cada año para aprender y como una forma de divertirse también", comentó.

Bárzaga señaló que le resultó muy gratificante ver cómo al final de la clase práctica muchos asistentes se fumaron orgullosos sus propios tabacos mientras otros los guardaron de recuerdo.

Aunque lo que más le reconforta es apreciar cómo sus estudiantes valoran aún más a los maestros torcedores y cómo crece la admiración por los puros que confeccionan.

"El secreto está en la tradición, claro que influyen los suelos, el clima pero fundamentalmente lo que distingue a los puros cubanos es el empeño de todos en que nuestro tabaco siga siendo el mejor del mundo", afirmó.

Tal aseveración fue compartida por todos los presentes en la sala plenaria del Palacio de Convenciones de La Habana, escenario donde los participantes elaboraron bajo la guía de Bárzaga una vitola de la marca Trinidad, una de las más exclusivas de Habanos que este año llegó a su 50 aniversario.

"Sin duda torcer un tabaco a mano es un arte, es un trabajo de mucha dedicación y un proceso complicado. Apreciamos más el valor de los habanos después de esta clase porque es algo único y sólo los torcedores profesionales pueden hacer un puro perfecto", dijo a Xinhua Jasim Ahmed.

El joven apasionado de los tabacos viajó a Cuba desde Emiratos Arabes Unidos para asistir al Festival del Habano, uno de los eventos que más aguarda cada año.

Al igual que Ahmed, Jazmín García, Habano Sommelier del Hotel Parque Central de La Habana, disfrutó del encuentro donde descubrió la entrega de quienes día a día dedican sus vidas a crear verdaderas joyas.

"El torcedor es un artista porque de unas hojas crea una maravilla como un tabaco, es algo increíble. Hacen un trabajo muy bueno porque lleva mucha dedicación, tiempo de aprendizaje, para al final crear la maravilla que es el habano cubano", expresó.

García subrayó que la clase se convirtió en un momento didáctico y entretenido para adquirir conocimientos y adentrarse en la cultura del habano, un mundo que para muchos es uno de los mayores símbolos del lujo a nivel global.

Agregó que los admiradores aprenden todo el proceso por el cual pasan las aromáticas hojas hasta llegar a la mesa de los torcedores, elementos clave que repercuten en el producto final.

Dentro de este largo camino se encuentran no sólo el cultivo, recogida y secado, sino los pasos que se realizan desde la llegada de las hojas de tabaco a las fábricas, cuando se reciben, se clasifican por departamento para después ser sometidas a un cuidadoso acondicionamiento.

Luego son divididas en dos partes al retirarse la vena central, agrupadas en capas clasificadas en 25 tamaños y matices de acuerdo al color, tamaño y textura, para después pasar a la galera donde los torcedores confeccionan las diferentes vitolas.

Las únicas herramientas de estos sagaces profesionales son la tabla, la "chaveta" (cortador de acero adaptado a la mano del torcedor), la guillotina, la goma vegetal (sin sabor ni olor), la prensa, moldes y sobre todo, sus manos, habilidad, tesón y experiencia.

Como parte del XXI Festival del Habano que se desarrolla del 18 al 22 de febrero, los participantes también visitaron plantaciones de tabaco en la occidental provincia de Pinar del Río, territorio donde se produce la mejor hoja para manufacturar los puros.

De igual forma, los 2.200 invitados realizan recorridos por fábricas en La Habana y participan en conferencias, cata a ciegas, concursos y la habitual subasta de humidores en la ceremonia de clausura, cuyos fondos son donados al sistema de salud cubano. Fin