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spanish.china.org.cn | 11. 12. 2018 | Editor:Elena Yang [A A A]

La fruta que sacó de la pobreza a los vecinos de los Guerreros de terracota

Palabras clave: China, caqui, pobreza, fruta

Tortas de caqui listas para empacar. Las óptimas condiciones climáticas de Fuping facilitan la deshidratación de los caquis, que al cabo de 45 días se endurecen y adquieren esta particular apariencia. 


No obstante, el aumento en los ingresos de la población china le ha dado la posibilidad de ir en busca de productos que antes estaban fuera de su alcance, y también de aquellos que, como el caqui, son todavía exóticos. Y este factor, unido a la onda expansiva del "boom" del comercio electrónico, hizo que los precios se dispararan, lo que a su vez se convirtió para los campesinos de Fuping en una oportunidad imposible de desaprovechar.

Un ejemplo es la pareja conformada por Yang Shuanzhu y Bai Wenhong. Antes, el sustento de la familia dependía del cultivo del trigo, que apenas les reportaba unos cuantos miles de yuanes por año. Pero cuando los precios del caqui repuntaron, ellos no dudaron en dedicarse a su producción.

Con el apoyo del Gobierno local iniciaron su plantación, y rápidamente se vieron sorprendidos por el volumen de la demanda. En poco tiempo pasaron de ganar apenas lo justo para subsistir a montar una modesta pero próspera empresa que ahora incluso genera empleo para entre dos y tres familias locales en temporada alta, es decir entre octubre y febrero, cuando no hay suficientes manos para recoger, pelar, colgar y empacar las frutas.

Las ocho toneladas de caqui que, en promedio, producen por año, les representan ganancias de 10.000 yuanes, lo que les ha permitido dotar su casa de todas las comodidades, y, lo más importante, les dio la posibilidad de costear los estudios de sus dos hijos, una profesora de preescolar y un ingeniero mecánico.

Su nueva afluencia les permitió, además, incursionar en el cutivo de tizi, la "uva roja grande", la cual soporta la economía familiar en la temporada baja del caqui. Sin embargo, esto no ha hecho que el Gobierno se olvide de ellos, ni de las otras familias que se han dedicado a este producto. Muy al contrario, puntualmente les sigue consignando los 900 yuanes correspondientes al auxilio mensual.  Adicionalmente, el Fondo para la Lucha contra la Pobreza, al que la administración inyecta 300.000 yuanes por año y además se nutre de los aportes de las familias que ya han superado la línea de pobreza, les sigue girando 1.000 yuanes por año.

Su vivienda, antes desvencijada, hoy luce acogedora gracias a la remodelación que ellos, al igual que los demás cultivadores, pudieron llevar a cabo con una subvención de 10.000 yuanes. También disfrutan de los 100 yuanes que, al final de cada año, y por cada miembro de la familia, les entrega la cooperativa que establecieron cuando el negocio de la fruta tomó vuelo. Y por si todo esto fuera poco, una vez al año, en temporada de siembra, las autoridades locales les aportan 1.200 yuanes en brotes y fertilizantes.

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