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spanish.china.org.cn | 29. 11. 2018 | Editor:Eva Yu [A A A]

China y el mundo: 40 años de reforma y apertura

Palabras clave: 40 años de reforma y apertura, China y el mundo:

 

Wang Xiaohui, editor en jefe de China.org.cn

 

Por estas fechas hace 40 años, se celebró en Beijing una importante reunión para la historia china: la tercera sesión plenaria del undécimo Comité del Partido Comunista de China. Se adoptó entonces la política de reforma y apertura, que puso al país en el camino del crecimiento y la prosperidad.

 

Hoy, con motivo de la celebración del 40º aniversario de la política de reforma y apertura de China, es importante reflexionar sobre los resultados fruto de esta gran aventura durante las últimas cuatro dudas.

 

Primera reflexión: ¿Por qué China emprendió la política de reforma y apertura y se abrió al mundo?

 

Creo que fue el resultado de la interacción entre factores externos e internos. China reclamó su membresía en las Naciones Unidas en 1971, y consiguió la normalización de sus relaciones con Estados Unidos y Japón en los años siguientes, lo que generó un ambiente externo favorable para la reforma y apertura. En cuando a los factores internos, cada persona podría ofrecer su propia lista de factores. Sin embargo, para mí, es muy simple: Deng Xiaoping. No estoy tratando de exagerar el papel que una sola persona haya podido jugar en decidir el destino del país. Sin embargo, Deng no era una persona normal, su posición en el Partido, su valor y su determinación fueron vitales para China en aquel momento. Incluso dudo si China habría comenzado la política de reforma y apertura sin Deng.

 

Segunda reflexión: ¿Cuáles son los cambios que ha generado la política de reforma y apertura en los 40 últimos años en China y en el mundo?

 

Fuimos capaces de proporcionar alimento y vestimenta a una enorme de población de 1.300 millones de personas y de convertirnos en la fábrica del mundo. El gasto medio per cápita en 2010 fue de 18.322 yuanes. Teniendo en cuenta los cambios del factor precio, la cifra fue 18 veces mayor que en 1978. Tales avances han permitido a China, en un corto espacio de tiempo, sacar a casi mil millones de personas de la pobreza.

En 2010, China se convirtió en la segunda mayor economía del mundo, superando a Japón, y en 2017, su PIB alcanzó los 123 billones, un 15 por ciento del PIB mundial.

Con al política de reforma y apertura, China se está involucrando e integrando cada vez más en el resto del mundo. Por ejemplo, ha albergado dos ediciones de los Juegos Asiáticos y los Juegos Olímpicos de Verano de 2008. Al mismo tiempo, el país ha logrado desempeñar un papel de liderazgo en la perpetuación del orden económico internacional y en la mejora de la gobernanza global.

Mediante la política de reforma y apertura, China no sólo ha sido capaz de convertirse en la segunda economía del planeta, sino que también ha hecho grandes contribuciones al resto del mundo. Muchas empresas mundialmente famosas han echado raíces en China. KFC, por ejemplo, abrió su primer restaurante en Beijing en 1987; hoy hay 8.000. En los últimos años, la contribución de China al crecimiento económico mundial se ha mantenido por encima del 30 por ciento anual. Cada vez más empresas chinas han salido al extranjero, y la inversión directa de China en el exterior en 2017 alcanzó los 158.300 millones de dólares, casi 55 veces más que en 2003. En 2013, el presidente chino, Xi Jinping, lanzó la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Actualmente, más de cien países y organizaciones internacionales se han unido de diferentes maneras a esta iniciativa. Desde 2000, China ha organizado dos cumbres de la APEC en Beijing, la cumbre del G20 en Hangzhou, el Foro Económico Anual de Boao, el Foro de Cooperación China-África y la reciente Expo Internacional de las Importaciones de China. También ha creado docenas de zonas de libre comercio con países de todo el mundo, ofreciendo soluciones para la gobernanza global.

Y todavía más importante: en los pasados 40 años, a través de la política de reforma y apertura, el país ha encontrado un modelo de desarrollo con características chinas que puede suponer un punto de referencia para otras naciones en desarrollo.

 

Tercera reflexión. Riesgos y desafíos

 

Los riesgos y desafíos hoy se están extendiendo más allá de las fronteras nacionales. Con su política de puertas abiertas, China ya no es un “isla aislada”. Todo lo que está en el mundo exterior, bueno o malo, es capaz de traspasar las fronteras de China, a veces incluso de manera inmediata. Los riesgos financieros, la inestabilidad económica, los precios de las acciones y la fluctuaciones de los tipos de interés, el terrorismo…

Hemos pagado un alto precio en forma de deterioro medioambiental, y la protección del medio ambiente ha de ser un imperativo que cumplir al mismo tiempo que se potencia el desarrollo económico.

En los últimos 40 años, el desarrollo económico ha sido la tarea fundamental del Partido y del Gobierno, cuya profunda y completa intervención en los asuntos económicos ha provocado graves casos de corrupción entre algunos altos cargos. La tarea de combatir y corregir este tipo de aberrante comportamiento es enorme.

Junto con la reforma y apertura, las relaciones internacionales de China se están diversificando y complicando cada vez más. Las relaciones con las principales potencias (China - EE. UU; China – Rusia), y con los países vecinos (China – Japón; China – Vietnam; China – India) son claros ejemplos. Todos estamos de acuerdo en que la paz y el desarrollo son las tendencias generales; del mismo modo, admitimos que hay competencia, divergencias, contradicciones y confrontaciones entre estos países. A medida que China se acerca al centro del escenario mundial, es más probable que esté expuesta a diferentes problemas, y cómo manejarlos de la mejor manera mientras mantiene su ritmo de crecimiento continúa siendo la pregunta que hay que responder.

Mi conclusión no es original, pero es muy, muy, clara.

La política de reforma y apertura de China es una gran aventura que beneficia al país y al resto del mundo. No es fácil convertirse en un país próspero y poderoso. Inevitablemente, habrá retos y dificultades. La única salida es profundizar en la reforma y abrirse al mundo exterior. En un momento en el que muchos países se están polarizando y están apostando por el proteccionismo, centrándose en sus resultados internos y alejándose de la cooperación de beneficio mutuo, es importante reflejar que los tremendos logros de China sólo son posibles cuando el pueblo y el Gobierno comparten la misma visión, una a largo plazo, permanecen abiertos a la reforma y trabajan duro. En los pasados 40 años, China ha marcado la diferencia y, en el futuro, está decidida a permanecer apegada a la política de reforma y apertura.  

 

 


 


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