Violencia de género: un desafío para Brasil

Aunque el país suramericano cuenta con un aparato judicial que salvaguarda de manera enérgica a las mujeres, los índices de violencia doméstica no paran de crecer en Brasil. El país reportó en 2017 4.500 feminicidios, según un organismo especializado.

Sobre el papel, la Ley Maria da Penha de 2006, llamada así en honor a una mujer que quedó parapléjica tras un intento de asesinato por parte de su cónyuge, ha sido alabada internacionalmente por organismos como la ONU. La ley aumentó las penas para los abusadores domésticos y creó refugios para las víctimas. Además, una ley contra los feminicidios aprobada hace tres años aumentó las sentencias cuando se identifica el género como la causa del asesinato. Sin embargo, llevarla a la práctica se ha vuelto cada vez más tedioso debido a los recortes presupuestales entre otros factores.

El año pasado, un récord de 4.539 mujeres fueron asesinadas en Brasil, según el Foro Brasileño para la Seguridad Pública, una organización sin fines de lucro. Más de 1.100 fueron registrados como feminicidios bajo la nueva ley, casi duplicando el número del año anterior.

Recientes casos de feminicidios registrados en video reflejan la cruda realidad a la que se ven sometidas las mujeres en todo el país; desde defenestraciones hasta baleadas; sin contar los cientos de casos que nunca son denunciados.

Los estudios de los casos denunciados, revelan además que las mujeres negras se han visto exageradamente afectadas por este flagelo. En 2016, los índices de homicidio eran 71% más altos para las mujeres negras que para las de otras razas, y el fenómeno sigue consolidándose de acuerdo con el Instituto de Investigación Económica Aplicada de Brasilia.