Las amenazas de aranceles no prosperarán: Ministro de asuntos exteriores

El consejero de Estado y Ministro de asuntos exteriores Wang Yi en declaraciones con la prensa durante la cumbre de Ministros de exteriores del ASEAN en Singapur el jueves.

Estados Unidos no solo no logrará su objetivo, sino que también cosechará lo que sembró, afirmó el jueves el consejero de Estado y ministro de asuntos Exteriores, Wang Yi, en respuesta a la última amenaza de Washington de aumentar las tensiones comerciales con Beijing.

Estados Unidos "todavía no puede eliminar lo que alega se trata de un desequilibrio comercial" si reduce las importaciones desde China y las eleva desde otros países, explicó Wang en una conferencia de prensa en el marco de la cumbre anual de ministros de asuntos exteriores de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático y otros encuentros relacionados en Singapur.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó al representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, que considere aumentar el impuesto adicional propuesto sobre $200 mil millones en importaciones chinas del 10 al 25%, dio a conocer la oficina de Lighthizer en un comunicado el miércoles.

En una conferencia telefónica el miércoles, dos funcionarios de la administración Trump aseguraron a los periodistas que Trump sigue abierto a la comunicación con China.

El Ministerio de Comercio respondió el jueves que "China ha hecho preparativos suficientes" para la amenaza arancelaria de Estados Unidos, y tendrá que tomar medidas para defender la dignidad del país y los intereses de su pueblo.

China defiende el diálogo para resolver las diferencias, pero tratar a los demás en pie de igualdad y cumplir las promesas son requisitos previos para el diálogo, enfatizó el ministerio en un comunicado.

Wang Yi señaló que Washington está alentando el regreso de las líneas de producción a EE. UU. Mientras que la demanda interna de China está aumentando.

"Estamos dispuestos a importar más productos de todo el mundo que satisfagan las necesidades del mercado chino. Creo que estas empresas estadounidenses no abandonarán el creciente mercado de China", aseveró Wang.

En respuesta a la especulación de que las fricciones comerciales entre China y Estados Unidos podrían afectar la cooperación entre Beijing y Washington sobre la cuestión nuclear de la Península Coreana, Wang sentenció que China es un país que cumple sus responsabilidades, y se mantiene fiel a sus principios que no son negociables.

"Dejamos clara nuestra posición sobre la base de lo correcto y lo incorrecto de cada caso. Por supuesto, nos adherimos a la justicia internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales", agregó Wang.

Lighthizer explicó el miércoles que Trump dirigió el arancel más alto, del 25%, porque China se ha negado a cumplir con las demandas de Estados Unidos e impuso aranceles en represalia.

Afirmó que un período de comentario público para la lista de $ 200 mil millones se extendería desde el 30 de agosto hasta el 5 de septiembre debido al posible aumento. Los productos a los que va dirigido van desde maquinaria eléctrica hasta artículos de cuero y productos del mar.

El aumento tarifario propuesto el miércoles es dos veces y media el monto originalmente propuesto, lo que equivale a las tarifas que los Estados Unidos ya impusieron sobre $ 34 mil millones en bienes chinos y otros $ 16 mil millones en las próximas semanas.

Gary Hufbauer, miembro no residente del Instituto de Economía Internacional Peterson y ex vicesecretario adjunto del Tesoro de los EE. UU., expresó que el impacto de la escalada de la tensión es "altamente adverso".

"Esto sacudirá gravemente la confianza empresarial, y las empresas retrasarán sus proyectos de inversión. La economía mundial sufrirá", declaró para medios chinos.

Douglas H. Paal, vicepresidente del Programa Asiático de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, también aseguró que el impacto de elevar la tasa arancelaria será negativo económicamente, elevando los costos en todas las direcciones y posiblemente llevando a una "desgarradora y costosa" desvinculación de las economías de Estados Unidos y China si no se reprime.