Entrenar a los jóvenes: lección que nos deja el Mundial

Aficionados chinos de fútbol demostrando su fidelidad en un partido entre Rusia y Egipto en San Petersburgo, Rusia, el 19 de junio.

El fútbol es un juego de equipo. Si no hubiera sido así, un Lionel Messi o un Cristiano Ronaldo solos se hubieran podido llevar a Argentina o Portugal la gloria de la Copa Mundial.

A diferencia del tenis, el bádminton, el ping-pong y otros deportes, el fútbol no es solo un juego de equipo, sino que también tiene el factor tiempo. Tienes 90 minutos y el tiempo de reposición para ganar a menos que sea un juego decisivo, en el que tienes 30 minutos adicionales divididos en dos tiempos de 15 minutos, seguidos de la temida tanda de penaltis si no hay ganador.

Por supuesto, incluso si tienes un equipo de estrellas individuales pero sin coordinación y cohesión, estás condenado a que la "suerte" decida por ti. Pensemos en Argentina en el Mundial actual. Sin duda, se trata de un equipo de clase mundial, piensen en Messi, Angel Di María, Sergio Agüero, Paulo Dybala, Giovanni Lo Celso y Gonzalo Higuaín.

Aún así, algo salió mal. Espíritu de equipo y un entrenador sin visión.

Además, Di María, Agüero, Dybala y Celso son propensos a ocupar el espacio de Messi. Dybala juega exactamente en la misma posición que Messi para la Juventus. Di Maria es más penetrante cuando corta desde amplias áreas de la izquierda hasta el territorio de Messi. Incluso Agüero, un centro avanzado convencional, se desplaza hacia el espacio de Messi antes de avanzar a toda velocidad.

Y Lo Celso, considerado heredero de Messi, prefiere jugar en la misma área que la estrella de Barcelona.

El fútbol no se trata solo de la brillantez individual. Es la suma total de 11 jugadores. Por supuesto, la brillantez individual puede ganar algunos juegos. Pero en estos días de planificación informática y permutaciones y combinaciones matemáticas, esto solamente puede llevar a un equipo hasta determinado punto y nada más.

Sin duda, el dinero puede atraer a los mejores jugadores de todo el mundo a la liga de fútbol de un país. Pero si la presencia de grandes jugadores en su liga de fútbol pudiera garantizar el éxito de un país en el fútbol mundial, Inglaterra, España, Alemania e Italia habrían ganado todas las Copas Mundiales. Es cierto que Alemania, Italia, Inglaterra y España han ganado 10 Copas Mundiales entre ellos. Pero eso no es debido a sus ligas de fútbol. Su éxito se debe a sus programas para fomentar jugadores de fútbol reclutándolos en su juventud.

Tal vez la actual Copa del Mundo tenga un mensaje vital para China, cuya liga de fútbol nacional es una de las más lucrativas para algunos de los mejores jugadores del mundo, muchos de los cuales ya han pasado por su mejor momento. No muchos de los mejores jugadores de Uruguay ejercen su oficio en la liga de fútbol uruguayo, pero este país relativamente pequeño de América Latina tiene todo lo que se necesita para producir los mejores jugadores y hacer del país un nombre de peso en el fútbol mundial. Brasil y Argentina pueden ser mejores que Uruguay en términos de registros recientes, pero en esos dos países, el fútbol es una pasión; una forma de vida.

Hasta que no se cree la atmósfera adecuada para el desarrollo del fútbol en China, por ejemplo, proporcionando más campos de juego y estableciendo programas de entrenamiento adecuados para los jóvenes, no importa cuánto dinero se gaste en la Superliga china, China no puede convertirse en una superpotencia en el fútbol mundial.