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spanish.china.org.cn | 18. 06. 2018 | Editor:Elena Yang [A A A]

China no quiere involucrarse en una guerra comercial, pero defenderá con resolución sus intereses nacionales

Palabras clave: guerra comercial, China, EEUU

El gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el viernes sus planes de imponer aranceles adicionales del 25 por ciento sobre productos chinos por importaciones valoradas en 50.000 millones de dólares, la última medida unilateral que se arriesga a provocar una guerra comercial entre las primeras dos economías del mundo, lo cual podría causar detrimento a la economía mundial y al sistema de comercio internacional.

La medida suscitó la oposición inmediata de la comunidad empresarial de Estados Unidos, grupos de agricultores, asociaciones tecnológicas y congresistas pro-comercio del Partido Republicano, al que pertenece Trump.

"Las empresas estadounidenses quieren soluciones, no sanciones. Los aranceles no resolverán estos problemas y sí dañarán los intereses económicos y los puestos de trabajo de los estadounidenses", aseguró en una declaración el presidente del Consejo de Negocios EEUU-China, John Frisbie.

El presidente del Comité de Finanzas del Senado, Orrin Hatch, también advirtió que "los aranceles perjudicarán a las empresas y consumidores de EEUU y China, poniendo en riesgo el crecimiento económico en ambos países".

Desde principios de mayo, Beijing y Washington llevaron a cabo tres rondas de consultas económicas y comerciales, en un intento por zanjar sus discrepancias y buscar un resultado beneficioso para todos, las cuales han reportado avances positivos y concretos.

Sin embargo, la administración Trump, debido al caos y la división internos, ha enviado mensajes contradictorios respecto a los principales problemas comerciales con China.

Los miembros de línea dura del gobierno estadounidense podrían preferrir, con la imposición de aranceles, intimidar a China en concesiones comerciales unilaterales, sin tener en cuenta el consenso alcanzado recientemente por las dos partes.

Como nación de comercio responsable y confiable, China no quiere estar involucrada en una guerra comercial con EEUU, sabiendo que sería un juego de pérdidas para ambos lados.

Sin embargo, esto no significa que Beijing se sentará en silencio ante los aranceles unilaterales que planea imponer Washington.

El gobierno de China tiene que contraatacar para salvaguardar los intereses de la nación y de su gente. Esta es también una demostración clara de la firme posición de China de mantener el sistema de comercio multilateral basado en las normas.

Poco después del anuncio por Washington, China decidió imponer aranceles adicionales a importaciones de EEUU por 50.000 millones de dólares, debido a que la última medida unilateral de ese país norteamericano viola las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

La doctrina de "EEUU Primero" y el unilateralismo parece ser el mantra de la política comercial de la administración Trump. Desafortunadamente, con una mentalidad de suma cero y un enfoque voluble de la política, es difícil ver cómo Estados Unidos, cuya credibilidad se evapora cada vez más, puede negociar mejores acuerdos comerciales con otros países.

Ahora es el momento de que China y otros países salvaguarden conjuntamente el sistema de comercio multilateral con la OMC en su centro y defiendan los intereses comunes de la comunidad internacional.


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