Tump vuelve a decepcionar a sus aliados del G-7

La reunión del G-7 en Canadá no tuvo un final feliz, por el contrario, tuvo un final turbulento donde las ofensas y las reacciones estuvieron a la orden del día.

Ante la aparente diferencia entre el comunicado en conjunto que Donald Trump firmó y el que se dio a conocer después de su partida, el presidente de los Estados Unidos se retractó de los acuerdos firmados y calificó de “deshonesto y débil” al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

 “Hay un lugar en el infierno para cualquier líder extranjero que hace diplomacia con mala fe con el presidente Donald J. Trump y luego le da una puñalada en la espalda en cuanto se va por la puerta”, declaró ayer el consejero de la Casa Blanca sobre Comercio, Peter Navarro. Trump, adujo, “le había hecho un favor” al ir a Quebec a pesar de tener “cosas mejores que hacer” y firmando “ese comunicado socialista” que el G-7 logró pactar a duras penas.

Aunque no solamente desde Washington se hicieron escuchar las voces en las redes sociales. Los líderes europeos, aunque más sutiles, respondieron.

El sábado comenzó a circular en redes, y gracias al bando alemán, una foto que se hizo viral en pocas horas. En ella se ve al presidente de Estados Unidos sentado y bastante malhumorado y alrededor el resto de los miembros del G-7 mientras Angela Merkel le interpela. Posteriormente, el ministro de Exteriores, Heiko Maas escribió en redes que “una cantidad extraordinaria de confianza puede quedar rápidamente destruida con un tuit. Por eso es tan importante que Europa se mantenga unida y defienda sus intereses aún más agresivamente”.

Desde el bando francés se escucharon palabras como “inconsistente e incoherente”; Emmanuel Macron, quien tuvo la voz principal durante las conversaciones sobre comercio el viernes, se había preparado muy bien y mantuvo una auténtica discusión con el presidente estadounidense, con ejemplos concretos sobre cosas que Trump ha dicho y no son ciertas o carecen de lógica económica.

El sábado EE.UU. firmó el comunicado final del G-7, un texto que quiere pasar la página del proteccionismo y recurre a las vías legales para solucionar cualquier posible disputa comercial.

La sorpresa llegó horas después cuando Trump se retractó del documento aunque ya estaba firmado.

Aunque la manera en la que Trump entiende la política se mezcla con su manera de entender las relaciones personales, más allá de las discrepancias, lo que en realidad molesta a Trump es que Europa, Canadá y México vayan a responder a EE.UU. subiendo los aranceles a algunos de sus productos. “Siempre decían que eso no iba a ocurrir”, recordó ayer un presentador de medios a Peter Navarro.